lunes, 28 de enero de 2008

Teresa Melo (Santiago de Cuba, 1961)



Teresa de la Caridad Melo Rodríguez
(Santiago de Cuba, 19.10.1961)

Poeta y editora.

Es graduada de Filosofía por la Universidad de La Habana, miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), fue directora-editora de la Revista Cúpulas del Instituto Superior de Arte (ISA). Miembro del Consejo de redacción de la Revista SiC de la Editorial Oriente, del Consejo Editorial de El Caimán Barbudo y de La Jiribilla. Actualmente es Directora y Editora de Ediciones Santiago.

Ha trabajado como jurado en numerosos premios, entre los que se encuentran: Loynaz, Revista Revolución y Cultura, Premio de la Ciudad de Santiago, Siete primeras villas, Botti, Premio de La Gaceta de Cuba, Premio Bienal de Literatura, Premio José María Heredia, Premio El Caimán Barbudo, Premio Nacional Nicolás Guillén.

Recibió la Distinción por la Cultura Nacional en el 2002, la Placa Heredia 2003, y el Sello XX Aniversario de la AHS, de la cual es Miembro de Honor. Obtuvo una beca de la UNESCO para el estudio de la poesía escrita por mujeres desde 1959 a la fecha.

Ha publicado los poemarios:
Libro de Estefanía, Ediciones Caserón, 1990.
El vino del error, Ediciones Unión, 1998.
Yo no quería ser reina, Ediciones Santiago, 2001.
El mundo de Daniela –poesía para niños–, Centro de Ediciones de Málaga, España, 2002; Ediciones Cauce, 2006.
Las altas horas, Editorial Letras Cubanas, 2003; Ediciones Espiral Maior S L, Galicia, 2008.

También ha publicado las plaquettes: Los poemas de Estefanía (Ediciones Vigía, Matanzas, 1988); El tiempo sólo engaña a los suicidas (Ediciones Hoguera Roja, AHS, Santiago de Cuba, 1989); Respirar en la oscuridad (Eds Vigía, 2005).

Antologadora de las siguientes selecciones de poesía: "Mujer adentro", Ed. Oriente, 1999; "Incesante rumor", Islas Canarias, 2002; "Soy el amor, soy el verso. Selección de poesía de amor en lengua española", Ed. Oriente, 2004; "Silvio: te debo esta canción", Eds Santiago, 2005; "Para cantarle a una ciudad. Poemas a Santiago de Cuba", Eds Santiago, 2005; "Estos otros argumentos. Poesía de Nancy Morejón", Eds Santiago, 2005; "Algunas fatigas y fulgores. Poesía de Farruco Sesto", Eds Santiago, 2006.

Su obra ha sido publicada, además, en numerosas antologías poéticas a nivel mundial y en diversos idiomas, en publicaciones seriadas y revistas en internet.

Premios y menciones obtenidas:
• Premio Jacques Roumain 1987 (Casa del Caribe, Santiago de Cuba)
• Mención Julián del Casal 1987 (La Habana, UNEAC)
• Premio Día de la Cultura Cubana 1987
• Mención David 1988 (La Habana, UNEAC)
• Premio de la Crítica 1999 por "El vino del error"
• Premio-Beca Dador 2000 del Instituto Cubano del Libro por el proyecto de poesía “Las altas horas”
• Premio Nacional Nicolás Guillén 2003 y Premio de la Crítica 2004, por "Las altas horas"
• Premio Integral La Rosa Blanca de la UNEAC 2004.

( Direcciones de correo electrónico:
tdmelo@cultstgo.cult.cu - edoriente@cultstgo.cult.cu )


del libro homónimo, 2003
LAS ALTAS HORAS

El día de mi padre me decía al oído:
Be careful, it´s my heart
Louis Armstrong dictaba en el oído
lo que nunca cantó.
Otro hombre perfecto fue su dueño.
Cantores, militares, ya no viven aquí.
Vive Daniela/
El eterno retorno de la canción que pide
cuida mi corazón de alturas y cemento.
Y por la suerte cuido.
Levísima es la suerte a la que doy memoria.

Hija mía. Sé libre
ama con esperanza/ con ingenuidad.

Una taza de té empecé a tomar hace años
y hace más tiempo removía la carne temblorosa
que tomaría el té. ….. Desde ese temblor
escribí, escribí:
ahora cuento las palabras
que quedan sin contaminar.
Dentro de mí ….. el piso veintitres ….. la escuela
el corazón que cae,
Tú eres ese cuerpo sin fragmentar ….. intacto.

Hija mía ….. soy libre
te amo con esperanza/ con ingenuidad.
Quédate cerca de la puesta del sol:
quien la fragmenta y disecciona
no puede hacer que el sol se ponga para ti.
Quien diseca la palabra
no puede hacerte vibrar con palabra alguna.
Eso te doy ….. las puestas de sol que fueron
las sobre mí
las que te inquietarán y aquietarán
y esta palabra sin contaminar
para que la bebas con fruición
como la leche de las altas horas
la acunes, aprendas y mastiques
y te haga luz ….. en la hora violeta
cuando el sol se ponga sobre mí.


OH MAR OH MAR

Cae en la luz de octubre
el polvo que los cuerpos allá afuera despiden.
De la luz cae la humedad al pecho
donde bebo —como si pudiera— con feracidad.

Cae la mano y aparta ….. leve el gesto y firme
aparta la cabeza inclinada/ el deseo.
Irrepetible el relámpago
desviado de la piel a la irónica boca.
Modula frases ….. letras que caen hacia el aire
y sólo allí se juntan con desgana.
Caería bajo la orden rajada de Barroso
baila/ decía ….. en esta trova amarga
baila desde ayer hasta la noche que caerá.
Te falta caer al abismo de otros
cuando caigas bajo el dedo francotirador.

Oh mar oh mar
si devolvieras lo que cae hacia ti
Oh mar oh mar
devuéleveme.


EL POEMA

En mis Jardines, Noel
no pastan héroes. Animales blandos
derriban esos límites
y de allí salen a comer esto que ves y soy
aderezada por el aire salobre.
Viene a comer el animal salvaje.
Viene a comer el animal doméstico.
A uno y a otro los separa [leve] su voracidad.
De ambos no sé qué me separará.

Arborescente es también la boca con que pasto
de mi propio jardín.
Donde soy tierra firme
puentes elásticos me soportan el peso.
Cruzo esos puentes asida de la idea de ti:
asida de la idea de ti no caeré al abismo de los árboles
…...............................…… /acechantes
los que no me darán su sombra protectora.
Bajo este cielo fijo puse mi casa líquida:
atravieso su cuerpo como el cuerpo de los hombres
camino de la mortalidad.
Bajo el cielo que pasa los puentes temblorosos
la doble levedad: asida de la idea de ti
a mis jardines, Noel
donde alimento la bestia rumorosa y cuido el sueño
del animal de casa/ bajo ningún cielo.


DESPUÉS DE LA FIESTA

Era el hijo de alguien el hermano el padre
El vecino cercano ….. el enemigo
El tipo de la esquina
El joven una vez ….. el abuelo de él
El de la compra diaria del periódico
la sal de las comidas ….. la carencia
El del parque contiguo mirando las baldosas
los gorriones clonados …………. las hojas del laurel
El del agua caliente para el baño
El que no podía haber sido ministro
ni cartero.

Demasiado tiempo para demasiadas cosas
Su cansancio antiguo como las formas de vivir
que le tocaron
como el hierro forjado que apretaba
como la felpa muda de su cuello
los buenos días ….. la desnudez del torso
las piernas levantadas sobre el borde
la inocencia caída …… la culpable.

Para no ser más
el observado por la muchacha que fui
la dócil bebedora del ajenjo
la que cargaba su casa como un caracol escarmentado
la que ponía su foto en los carteles
y una solitaria bandera en la pared.

Después de la fiesta
no pudieron encontrarse:
el rodó hasta detenerse
contra la pared que guardaba los autos
ella no pudo verle desde el asiento
en que quedó clavada
ni creer que era posible bajar las escaleras
y partir
como si nada hubiera sucedido.


HOSPEDEROS

La forma de los animales minúsculos
contiene lo que somos. Me pregunta qué somos.

Sé que miro, por ejemplo, la curva
de la hoja y admiro su perfección
sin saber por qué creo que aquello que admiro
es la perfección. …… Con igual concentración
ajusto el lente que me permita ver los hospederos.
Anda. Palabras.
Puestas en fila, tomo ésta al azar y nada explico.
Sé que el poeta, como otro animal minúsculo
hace su guerra personal con lo inasible.

Ansía la gloria de las palabras publicadas.
No existe la gloria de las palabras publicadas.




del libro La sombra protectora (inédito)
EL TEMBLOR

En la tierra breve que desgrano
flores de cedro / helechos / abedules:
signos de la transformación.
La gacela de ayer
maúlla en mi caricia
en el sitio cálido de las ropas de sal.
Flores de cedro
que no son la mesa olorosa / la silla torneada.

La mariposa que conoce los cielos aneblados
vuelve pez su sueño para amar al pez:
aman los peces transfigurados
a la luz de la vela.

Son éstas las canciones que canto en la oscuridad.
Otros serán los cantos de la luz
en la voz de mi hija.
Ella no conocerá a los hermosos ahogados
sosteniendo la plataforma marina de la isla.
Ella buscará otra explicación
tan cierta como ésta / tan inútil para describir.

Signos de la transformación
agua en canasta es nuestro conocimiento:
escurre por los entresijos de la paja
y vuelve al sitio mineral.
Son las canciones que canto en la oscuridad
para nombrar al hombre
su vanidad espejeando /
sus tres metros de más.
La poesía también nos viste de diosecillos /
totems.

Guardo el poema. Al poeta
lo acuno junto a los hermosos ahogados
para calmar su llanto infantil su soledad sus terrenales miedos.


CASA EN LA TIERRA

Sobre la tierra firme construimos refugios
promisorios
creemos en ellos como la salvación:
nadie nos salvará de nuestra vanidad
nuestro peso de hormiga en la casa mudable
nada nos apartará de las paredes provisionales
pegadas a las rocas.

En el antiguo mundo en las montañas de Petra
los hombres cincelaron el sueño rosa de los otros.
En filas sudorosas / aspirando en el polvo
tallaron las catedrales de los dioses de piedra.

Nuestros dioses de arcilla en ciudades insomnes
enredan su confusión en columnas y techos circulares.
Pues toda casa tiembla.
Sobre la tierra firme la única firmeza
proviene de los sueños que echamos hacia el agua
y el agua los devuelve
como lengua que lame los contornos
del cuerpo y los suaviza
y les crea la breve eternidad de las paredes
de los sueños de agua
las palabras.


GEOGRAFÍA DEL OSCURO

Sin bajar el párpado
la geografía / el sentido que implica / se reinventa.
La oscuridad no suaviza los ásperos contornos
de lo que me hace fabrica otras líneas
ni duras ni feroces: otras líneas de las cosas a mí.

En esta realidad, desinventada por las oscuras formas
la geografía cotidiana una vez más escamotea
hurta cosas de la mano
desde el límite finito de la mano y las cosas:
en el doble terreno se afianza lo que no puedo poseer.

Recuerdo algo
¿existe un árbol allí donde no existe nadie para verlo?
Alguna respuesta habría que dar.

Una vez, recorriendo la caverna iluminada
toqué la oscuridad: ¿Existía yo
si no había nadie para verme?
Alguna respuesta habrá en la superficie.
¿Quién me posee si no existe la respuesta?


COMPACTS

No creo haber sido la única en la Plaza de Armas que hacía sus palabras. Turistas levemente atentos, con las piernas cruzadas hacia lo alto y los pies desnudos, dejan ir las notas de la flauta. La plaza está pensada. Mujeres de Botero en camisas azules barren hacia el recogedor las hojas de laurel que caen despaciosas.

El obrero que pinta unos adoquines de madera recién puestos había recogido un pájaro raro: desconocido para mí. Aquel pájaro trataba de agarrarse con las patas delgadas al borde del vagón de arena. Allí quedó: por momentos no podía saberse si estaba vivo. Hasta que el pájaro movía un poco el cuello y giraba los ojos. Era un detalle terriblemente humano. Y también estaba pensado para turistas. Ellos gesticulaban como si hubieran encontrado la belleza y aprisionaban la belleza en el ojo de sus cámaras de video y una vez logrado el testimonio se iban sin mirar de nuevo al pájaro patético, a buscar algún otro detalle espe-cialmente bello o especialmente humano.

Un obrero retocando la fachada de piedra no desentonaba. Fue pensado también para turistas. Mujeres arrastrando sus vestidos de intención colonial, cestas, cestas con flores de plástico o papel y sonrisas marcadas de una comisura a otra, apretaban en el hueco de la mano, bajo la cesta de flores, billetes arrugados. Una niña con un bolso de nylon sacaba unos jabones, los olía sobre el papel y los pasaba por su cuerpo.

Yo también fui pensada para turistas esta mañana. Intento regresar de mano de los trenes. Soy la escucha mientras tanto. Coches infantiles. Los destinos de un niño. Algún rostro fijo que no refleja las ideas. Y también lo contrario.

Mirada mientras miro. Turista desechable. Esto es común. Pero lo escribo.


BUKOWSKI

No tuve que dejarles mi hermoso cisne
pues no había invierno ni lagos congelados
donde mueren los cisnes.
Y es lo único que no he tenido que dejarles.

Los mismos que arrastraban sus zapatos de polvo
y echaban su distracción sobre los seres vivientes
pidieron para sí todo lo que tenía:
gatos de mirada equidistante
haciendo equilibrios sobre las alambradas
pájaros comunes que anidaron en mis árboles.

Los vi desde el cercado
ya no tenían ese brillo en la mirada
y morían contemplados por las miradas sin brillo
de los que hablaban de la comida y el verano
y uno me miró
para que lo pusiera a morir a salvo en mi corazón
pero fui cobarde y lo dejé allí
como tú les dejaste tu hermoso cisne
y nadie me ha vuelto a mirar con la misma necesidad.


martes, 22 de enero de 2008

Agustin Labrada (Holguin, 1964)


Dimas Agustín Labrada Aguilera
(Holguín, 28.08.1964)
.
Poeta y periodista.
.

Estudió la licenciatura en educación (con especialidad en literatura y español) en el Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona”, de La Habana, y un diplomado de literatura impartido por la Sociedad General de Escritores de México. Coordina el Premio Internacional de Poesía “Nicolás Guillén”, dirige la Revista Río Hondo, y realiza el Programa Radiofónico Una puerta al mar.

Es autor de los poemarios: La soledad se hizo relámpago (1987), Viajero del asombro (1991) y La vasta lejanía (2000); las plaquettes de versos: Como un ajedrez sin nombre (1990), Poemas (1991) y Endurecida libertad (1994); de las antologías de poesía cubana: Cuatro muchachas violadas por los ángeles (1989), y Jugando a juegos prohibidos (1992); así como los libros de periodismo cultural Palabra de la frontera (1995), Más se perdió en la guerra (2000) y Un paseo por el Paraíso (2006).

Poemas suyos figuran en más de 30 antologías publicadas en Argentina, Brasil, Chile, Cuba, Estados Unidos, España, Francia, México, Perú, Uruguay y Venezuela; en publicaciones varias del mundo (algunos en inglés, italiano y francés); y en los discos Un lugar para la poesía, Los ángeles también cantan, y Guerra y literatura del siglo XX.

Ha recibido premios periodísticos y literarios, y ha ofrecido lecturas de su obra poética en espacios de Cuba, México, Bulgaria, Nicaragua, España y Francia.

Reside en México desde 1992.
.
( Direcciones de correo electrónico: agustinlabrada@hotmail.com - asere40@prodigy.net.mx )
.
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del libro La soledad se hizo relámpago, 1987
¿NO OYES EL VIOLÍN?

......................................................¿oye alguien mi canción?
.........................................................[José Lezama Lima]

Tengo miedo
mis manos son demasiado pequeñas
y no alcanzan la ventana que da al cielo.
Mi madre pasa y vuelve a pasar y no me ve
hay una telaraña entre sus ojos y los míos.
Ella quiere que la casa se pueble de otros ecos
cuentos alegres
a la sombra feliz de la ignorancia
.....................................................................y no me ve
.....................................................................y no me ve
......................................................................y no me ve.

¿No oyes el violín?
¿No oyes el violín?
Estos son mis buenos vecinos
jueces absurdos como el crimen
que ignoré en mis juegos
......................................................................y en mis bailes ruidosos.
Esos adultos
dueños de una ética alucinante y antigua
pretenden rodearnos de fronteras
y no ven las luces violentas de mi tiempo.

¿No oyes el violín?
¿No oyes el violín?
Casi todo nos falta
la pobreza es un perro triste
no adornes con cal lo humilde que somos
diles que mi padre
nos dejó en la estación de la sequía
que crezco como puedo
y me enamoro de las estudiantes.
A él dile que no quiero sus monedas
ya aprendimos a sacar pan como los magos.

¿No oyes el violín?
¿No oyes el violín?
Nunca me dijeron: la ciudad
engaña tan bien como una puta fina
................................un adolescente se pierde
y puede ser devorado por los lobos
.......................................hay decadentes
matan con su apetito la alegría
escriben tu suerte
sin que respires
sin que digas nada
hasta ahogarte con sus propios derrumbes.

¿No oyes el violín?
¿No oyes el violín?
Qué difícil hallar
el llano transparente de la humanidad.


HACIA EL BLANCO PAIS DE LAS PALOMAS

...............................................................................a Mirna

Aquí donde no estás
voy dejando de ser adolescente
de inventar danzas
y anaranjados zeppelines
con la furia de las primeras playas.
......................................................................(Aquí ya no me asusta
.......................................................ni el ladrido
....................................................................................más feroz
........................................................del prójimo.)
Aquella vez
yo traía los amaneceres de una fábrica
sus ruidos de metal y de esperanza
y bailamos
en la tibia azotea
bajo un licor de desbordadas ciruelas...
......................................................................(He prometido olvidar
...................................................................los rumbos difíciles
...............................................................por donde cruza
..........................................................................el hombre con sus días
.............................................................................para abrir nuevos países
......................................................................y la memoria no sea
...................................................................................una polvorienta encrucijada.)
Aquí donde no estás
los gorriones se refugian
entre las tejas de la iglesia
tras los mismos atardeceres
en que te pienso
-invisible por tanta lejanía-
mirándome con el susto del ciervo.
.....................................................................................................(Nadie debe juzgar nuestro destino
........................................................................................................entre risas que envejecen a oscuras
......................................................................................nadie podrá mancharnos
.......................................................................................con sus miserias ocultas.)
Aquí donde no estás
los ladrillos comienzan a crecer
altos y enrojecidos como llamaradas
sobre la cima de abril y sus naranjos.
Aquí será la vida
un idioma cercano a la transparencia
tu piel como una almendra
y el duende de la infancia
vendrá a colorearnos el paisaje
las calles
que a veces
eran:
un signo abismal para el viajero.
Entonces
ante esa claridad
puede venir un niño por la hierba
y lanzar su pelota
eternamente azul
hacia el blanco país de las palomas...


QUERÍAMOS UN REFUGIO UNA HOGUERA

Queríamos un refugio una hoguera
el atardecer
................................................habitado de colibríes
y la tranquilidad de los manantiales.

Queríamos el maíz y los cerezos.

Pronunciamos el idioma del sol
en la época
..............................soñada
.....................................................del vino.
Del abismo regresó la abuela
y tibios panes
alegraron la fiesta de la mesa.

Pero el rancho visitado por los demonios
...................................................................................se incendió
las avispas
huyeron del verano
dejándonos el susto de las bestias...

Perdimos los frutos
el sendero que nos conducía al pozo
el escondite de las garzas...

Nadie impidió
la furia del diluvio
y no hubo barcas
.........................................ni delfines.
.
.

del libro Viajero del asombro, 1991
SECRETO DEL VENADO

Las sabanas que octubre ya amarilla
son el secreto canto del venado,
que amanece en un rayo tan dorado
con el oro cernido entre la arcilla
de un arroyo sin fondo y sin orilla,
donde nunca se aviva el tenue invierno.
El venado dibuja bajo un cuerno
la tristeza que fluye a su pupila
sobre el pasto que el miedo ha vuelto lila
y escapa indiferente hacia lo eterno.


NOCHE DEL AHORCADO

Francois Villón, en invierno
beberemos un mal vino,
brindaré por tu destino
a las puertas del Infierno.
En tu Olimpo no hay gobierno
y es sagrado ser ladrón.
Amigo Francois Villón,
qué noche la del ahorcado,
la del diablo enamorado
bajo esta amarga canción.


NOVIEMBRE VUELA EN TU VOZ

Noviembre vuela en tu voz
-diez relojes son testigos-
arden antiguos amigos
en el sueño más feroz.

El diablo esgrime su hoz
cortando el anochecer.

Con noviembre van a arder
tu corazón y mi espada,
toda la paz destrozada,
esta angustia de perder.
.
.

del libro La vasta lejanía, 2000
TERCER POEMA DEL VIAJE

En casa esperaron las noticias del viaje.
Mis cartas eran un falso testimonio
cuando dejé escaparse el aguacero,
sin retener sus gotas en los párpados.
Entre duda y acción: toda la agonía,
y en ella he tejido los fragmentos
que una vez alegraron nuestro estar en el mundo.

Este año es el Apocalipsis
y la pesa declina hacia el punto más negro.
Una culpa tan magna nos ha empañado el viaje,
las cosas más queridas son formas desterradas
y espanta esa sirena,
próxima a una estación que no es la gloria.

En mi ausencia de casa, qué ha pasado,
a quién se han de rendir las alabanzas.
Nadie me reconoce,
ni me creerían
si dijera la fecha en que partí.
Me avergüenza volver como un extraño
y confirmar que la esperanza
es tan sólo sumar la tradición proscrita.

Después del horizonte no hay otra dinastía,
lo nombrado en sus lindes aún perdura
tras la remota pesadumbre con que arriba el olvido.
Nadie va a perdonar que fui a morir
y en el lado más negro descubrí las dos almas.
No he entendido a los hombres,
mi honor es conocer cuanto sufre el desnudo,
viajar ha sido un sueño y en el sueño no existo.


NO VINE DE LA GUERRA

No vine de la guerra,
nadie lloró por mí al conjurar los actos
del aciago linaje con que se van los héroes.
No me hice a los océanos
ni volví con un farol a hipnotizar las aves.
Eso no importa.
Toqué la rueca que me concedió el tiempo,
pude hilar sus luces y sus sombras,
sin aprender las claves de la inmortalidad.
Eso tampoco importa.
Hoy no es fácil discernir
en el tapiz donde convergen todas las ceremonias
y no se puede precisar si alguna muchedumbre
sellará sobre el caos la justicia.
¿Qué vamos a decirles
a quienes tocan altares que jamás existieron,
qué vamos decirles de las grandes hogueras
si no hemos conocido aún su lumbre?
Qué no daría yo por otro reino,
zurcir los precipicios que me ignoran,
recorrer las praderas sin flechas a la espalda
ni misteriosos límites que recorten mis pies.
Qué no daría yo por otra lluvia,
cuyo laurel no sea una elegía,
aunque se borre el puente
y sienta que la antigua leyenda nunca llegará.


ANTES VEÍA LOS ASTROS

Detrás de nuestros vidrios todos acertamos
la doble faz de las épocas.
Pienso en el destierro dentro del mismo anillo,
la reconciliación que siempre nos visita
cuando ya hemos soterrado la confianza.

Antes veía los astros en las caras vecinas
y aquello que nombré alegría
era una tela que no logró velar su gran miedo.
También yo tuve miedo a la costumbre,
sólo pulsé mi audacia
y murmuré en blanco y negro imágenes de lo perdido.

Jamás aprenderemos que perder
es regresar en la neblina a los orígenes.

Ya arriesgué lo más puro,
no festejo los remordimientos,
no quiero traicionarme frente a tanto infinito,
quizá sea el extranjero que no encuentra su casa.


domingo, 6 de enero de 2008

Damaris Calderon (La Habana, 1967)


Damaris Calderón Campos
(La Habana, 1967)

Poeta, ensayista, narradora y editora.


.
Aunque nació en La Habana (ciudad que también ama), sigue latiendo en y por Jagüey Grande, Matanzas, donde se abonan sus raíces y depositó sus primeros años. Es graduada en Letras por la Universidad de La Habana. Obtuvo los Premios El joven poeta e Ismaelillo por su libro de poemas "Se adivina un país", y en 1999 recibe el Premio de Poesía de la Revista de Libros del diario El Mercurio, por su libro "Sílabas. Ecce Homo".

Ha publicado, entre otros, los poemarios:
  • Con el terror del equilibrista (1987).
  • Duras aguas del trópico (1992).
  • Guijarros (1994).
  • Duro de roer (1999).
  • Sílabas. Ecce Homo (2001).
  • Parloteo de Sombra (2005).
  • El arte de aprender a despedirse (2007).
  • La extranjera (2007).
  • El remoto país imposible (2010).
  • El Infierno otra vez (antología personal, 2011).

Desde 1995 reside en Chile, donde se desempeña como editora.

( Dirección de correo electrónico: damacald@hotmail.com )



del libro Sílabas. Ecce Homo

CIUDAD

Transeúntes apenas
caminan
corren
con la ilusión
(golpeándose unos a otros)
de llegar
(no importa donde)
uncidos
como una yugada.


INFIERNO

(I)
Perdí
toda
esperanza.

(II)
La mujer
que maneja
el tren del subte
con una yerba alucinante
(sin respuesta)
no puede
salirse de la vía
o
estrellarse
(sin respuesta)
Sólo
un cambio
de línea
hacia
otra
nueva
oscuridad.


DISTANCIAS

La lejanía
es un estado del alma
(no puedo
recordar tu cara)
Inmoviliza los objetos
-los sujetos-
los dora
de una bondad
que nunca tuvieron.
La lejanía es cruel
deja entrever
y ciega.

¿No reconoces a tu madre
de un animal de tiro?


MI CABEZA ESTÁ EN OTRA PARTE

Literalmente:
fuera del camino.
Como el herido
convaleciente que
no puede ser
llevado en hombros.

Monsieur Guillotind
inventó una máquina
para separar
la cabeza del cuerpo.

(La cabeza cortada
contempla las cosas tal como son,
el Presente puro, sin ningún significado,
sin arriba no abajo,
sin simetría, sin figuras.
Sin desesperación.)

Rápida y eficaz
como el racionalismo.


SÍLABAS. ECCE HOMO

Hablar del pájaro parlante
parlanchín posado en una rama
cantando (como dina Juan Luis Martínez)
en pajarístico. Y el hombre es una lápida
un cuarto oscuro, una silla vacía
y una lámpara.
El que se aproxima a la lámpara
puede encontrar una salida (o la ilusión de una salida).
¿Hay salida posible hacia afuera
o toda salida es hacia dentro,
hacia el reino de la raíz?
Hundirse como Virginia Woolf
con los bolsillos llenos de piedras en el río.
He ahí la verdadera ganancia.
Lo que no alcanzan los nadadores de superficie.

El optimismo es una bandera a media asta
pero ostentada con júbilo.
Un consuelo o un autoconsuelo:
"Yo me levanté de mi cadáver y fui en busca de mí misma".

Como el cirujano corta,
las sílabas se parten.
Carne de la escisión,
escisión de la carne.

Un pájaro vino con la cabeza vendada
una esquirla de la tercera guerra mundial
Apollinaire cantando en una jaula
los tetradragmas de oro de Ezra Pound.

Como la liebre en el soto,
la palabra en el lenguaje.
La angustia salta el perímetro
y echa a correr por las azoteas.



del libro Parloteo de Sombra

LA MASCARA JAPONESA

Yo, Ito Toshitsugo
saqué mi cabeza de un agujero durante la noche
para comerme el cristal de un establecimiento comercial
en la Venecia japonesa.
Atraído por los cebos lumínicos
y los tubos de plástico.
Dos meses
como una anguila
ante el pabellón dorado del bazar
permanecí extático.
Largo y delgado
estilizado por el hambre
una anguila de agua dulce
en el gran puerto marítimo.
Sesenta millones de personas
pasaron por mi lado
no me vieron.
Sesenta millones
ocupadas en las compras navideñas
cegadas por la luz artificial
por las ramas (falsas)
del árbol donde recosté mi cuerpo.
Yo, Ito Toshitsugo
me convertí en el cadáver de un hombre de sesenta años
sin domicilio conocido
en uno de los barrios más populosos de Osaka.
Que alguien toque para mí la flauta de hierro.


GERARD GERICAULT

La balsa de la Medusa

He apostado a caballos
como he apostado a mi genealogía
jinetes que compiten
corren
hacia una línea que no se discierne
el Derby de Epson
la Capilla Sixtina
la cabeza loca de esa mujer
Caravaggio
Un monstruo que serà una balsa
que serà un manojo de larvas de hombres
Multiplico el horror en un autorretrato
-soy ese cuerpo que nunca acaba de caer-
La bestia eterna frente a la bestia efímera.


SANTIAGO HUMBERSTONE

Yo, Humberstone,
hijo de un modesto empleado de correos
y nieto del Director de la Banda de Guardias Escoceses,
llegué a aquí a hacer la América.
Yo, un oscuro químico
lustrado ahora por la sal,
inventé esa ficción: el pampino:
cruce de animal soñador necesitado con nativas de la zona.
Inventé el futuro, el futurismo, Marinetti.
Me cagué en le Corbusier,
la Torre Eiffel,
esa ciudad amanerada:
París.
Aprendí palabras ásperas:
caliche, charqui, camanchaca
(yo que jugaba delicadamente al tenis,
yo, cuya vida era un campo de golf),
copié y apliqué el sistema Shanks
(que nadie conocía por aquí).
Tuve mano férrea,
tuve mano de obra
(barata).
Comencé por conquistar Agua Santa
y ahora me pudro en las Aguas del Tiempo.
Yo, que me horroricé
cuando escuché que estos indios llamaban chanchos
a las relucientes máquinas metálicas, trituradoras,
porque les recordaban el ruido de los puercos al comer.
Establecí un Orden,
una jerarquía en el Caos:
de un lado los ingleses y administradores,
del otro, los hombres y las bestias.
Yo , que puse un toque de delicadeza,
de civilización en estos páramos:
Al espejismo de los oasis de Pica y Matilla
opuse una piscina (metálica),
construí una plaza (pública),
una iglesia,
el tendido eléctrico,
un orfeón para que estos bárbaros
escucharan música
–ópera-
no el rumor sempiterno, monótono
de las arenas.
Yo, me la creí completa
y se la hice creer a medio mundo:
“El salitre chileno el mejor del orbe”:
nitrato de sodio: la pólvora más eficaz
para las guerras intestinas y extranjeras.
(Así de cosmopolita):
“El salitre chileno entra a Francia,
a Suecia,
llega a la antigua Hélade”
(hasta que los alemanes inventen el sintético
en la Segunda Guerra Mundial).
Yo, que me convertí en Santiago,
Santiago Humberstone,
tuve en mis manos el Oro,
el Oro Blanco,
el Monopolio.
Que me hice viejo, me hice venerable,
Padre
-del salitre-.
(La Compañía me obsequió una medalla de oro,
el Rey de Inglaterra me confirió
la Orden Oficial del Imperio Británico).
Yo, James T.,
cuyo nombre desaparece
bajo la formidable leyenda y las casas huachas,
extiendo mis raíces dieciséis metros bajo tierra
y no encuentro agua.
El desierto y la muerte recobran su señorío.


.

otros poemas seleccionados

DOS GIRASOLES SOBRE EL ASFALTO

En el terminal de ferrocarriles
sentada con mi madre
dos girasoles sobre el asfalto.
Su mano borra todo sucio paisaje.
Nunca he comido sino de esa mano
nunca
sino de ese fruto macerado.
Me enseñabas un sendero
para que no me extraviara.
Y siempre regreso, pequeño afluente,
buscando un poco de sosiego
como se le da al enfermo
una cucharada de sopa
Y la cuchara hace frías,
metálicas promesas
hasta que la cabeza se queda
recostada contra el velador.
Una oruga cantándole a un gusano
-la canción de la morfina-
la cabeza roída por dentro,
el tallo esplendente conectado al tubo de oxígeno.
El mar, como un patrullero
pisándome los talones.
Thalassa thalassa
he intentado vivir siete veces.


ASTILLAS
.......................................a mi madre

Mueres de día. Sobrevives de noche.
Paisaje de guerra
de posguerra
paisaje después de la batalla.

Piedra sobre piedra donde sólo se escuchan, en la
(noche a los gatos,
a las parejas de amantes que no tienen dónde meterse,
chillando.
Basuras, hierbas ralas, trapos, condones
aristas de latas con sangre.

Cuando salgo a la calle
como otro artista anónimo del hambre
más de algú cuerpo ha roto la fingida simetría
con un salto mortal.

Yo me sentaba en tus rodillas.
No me daba vergüenza, Sulamita
tu cabello de oro de ceniza.

Extranjeros ridículos colgando
sobre árboles inexistentes.

Hace frío.

Las cortezas sangrantes del otoño aprietan como una mortaja.

Si me siento a la mesa
el vacío es demasiado inmenso para poder rasparlo
con una uña.


CIELO BOCA ABAJO

No,
el cielo no se tiende
como un paciente
anestesiado
sobre la mesa
El paciente
en su camilla
anestesiado de sí mismo
no mira al cielo
espera
el corte
el bisturí
que haga saltar al potro de su infancia
y las canciones natales que volverán
con las agujas hipodérmicas.


LOS OTROS

Sobre mí
crecerá
la yerba
que pisotearán
los caballos
de Atila.


EXHUMACIÓN COLECTIVA

El combustible
(o la falta de combustible)
hace que los muertos
en la muerte
vuelvan a tener una vida gremial
cuyo correlato heroico será
que sin la carreta rural
(ni la alegórica)
serán sacados de sus fosas
y quemados en una pira común
que intentarán descifrar otros bárbaros.


UN LUGAR DONDE PONER LOS PIES

He llegado con mis maletas en desorden
-no me espera nadie-.
Mis pies son dos extraños
los he arrastrado como perros.
Un paisaje sangriento
sostenido apenas por la escarcha.
Todo perdido.
Tengo treinta y cuatro despiadados años
manos para amputar lo necesario.
Todavía soy fuerte.
.
.
GENERACIONES

.............................................................................los que no se subieron a tiempo
............................................................en el tren de sus hijos

.................................................................................[ Gabriel García Márquez ]

Las viejas marionetas crujen.
Pero el polvo
no ha preservado el hilo
que quiso sostenerse sobre todo.
Ellas sobaron lentas constancias,
la procacidad del gesto que ofrecimos.
Ejercieron
su violencia de títeres.
Enmendaron la luz.
En un lazo de esperma
manaron herederos atados a la cuerda
palmoteando
la consabida danza de la especie.
Golpearon
sobre las puertas y nosotros,
desertores del carro de sus padres.


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