domingo, 25 de diciembre de 2011

Charo Guerra (Limonar, 1962)


María del Rosario
(Charo) Guerra Ayala

(Limonar, Matanzas, 13.03.1962)


Poeta, narradora y editora.

Licenciada en Periodismo, Facultad de Artes y Letras, Universidad de La Habana (1984).

Es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) desde 1994; editora de la Colección Arcos del Plan Maestro para la Revitalización Integral de La Habana Vieja, Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana (1994-2010); de La Gaceta de Cuba (2000-2005); y desde el año 2006 hasta la actualidad, editora y colaboradora de revistas culturales como Clave (Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana); Extramuros (Instituto Cubano del Libro), y Arte por excelencias, sobre artes plásticas en las Américas y el Caribe, entre otras.

Ha publicado los poemarios:
Un sitio bajo el cielo, Ediciones Matanzas, 1991.
Los inocentes (plaquette), Ediciones Vigía, 1993.
Vámonos a Icaria, Editorial Letras Cubanas, 1998.
Luna de los pobres, Ediciones Matanzas, 2011.

Y el libro de cuentos Pasajes de la vida breve, Ediciones Unión, 2008.

Además, textos de su autoría se incluyen en las antologías: De Cuba te cuento, Plaza Mayor, Puerto Rico, 2002; Donde la luna bebe y La madera sagrada, Ediciones Vigía, Matanzas, Cuba, 2005; La hora cero, Ediciones Aldabón, Matanzas, 2005; Revista colombiana de Poesía Prometeo. XVI Festival Internacional de Poesía de Medellín, 2006, y Espacios en la Isla. 50 años del cuento femenino en Cuba, Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba, 2008.

Por su obra ha sido distinguida con:
• Premio Pinos Nuevos, 1997, por el cuaderno “Vámonos a Icaria”.
• Premio Dador, Instituto Cubano del Libro, 2001, por el libro (inédito) “El bazar de las cosas perdidas”.
• Beca de literatura Cuban Artists Fund, 2005.
• Finalista del Premio Internacional “Margarita Hierro”, convocado en España, 2010.
• Premio de Poesía “José Jacinto Milanés”, 2010, por el cuaderno “Luna de los pobres”.

(Direcciones de correo electrónico: mariaga@enet.cu - charo@cubarte.cult.cu )



del libro Luna de los pobres, 2011
OJOS DEL TIGRE

En su bosque salvaje está brillando el cuenco verde-oscuro
una luz que se expande limitada por puertas y ventanas circulares
que comunican con el mar.

Están acumulándose las lágrimas del tigre
mojando nuestros pies con su flujo constante.
Absorta en la caída,
ya veo cómo avanzan.

Es el tigre, sus ojos, su mirada.
Y voy sintiendo que sus lágrimas
podrían rebosar el universo.

Cierro las puertas de nuestro laberinto.
Condeno las ventanas
y todo orificio que sirva de atalaya.

Sin embargo,
yo bien me perdería en los ojos del tigre,
naufragaría en sus desbordamientos
en esa luz que ha sido su belleza.


CENITAL DE LAS CIUDADES

........................................................................... para María

Nadie quiere ver el espectáculo de la bestia estresada
por la proximidad de la navaja
y el comercio de nervios.

Antes que hieda,
vendrán los empleados
a sepultar despojos en las escarpaduras,
desangramientos múltiples, detritos que contaminan la ciudad.

Los edificios no dejan avistar la periferia
donde el viajero intuye
la intimidad profunda en tonos escarlata.

De humo platinado se alzan las columnas
en las tesorerías y en los palacios de gobierno.
Hay paredes de agua,
pedazos de murales con versiones de historias oficiales
donde domina el áureo.

(Está en el oro la protección del oro.)

Una concentración de lluvia ácida
almacena toxinas en los escurrideros de los bordes.
Ni un grano de impureza caerá sobre el viajero.
Su iris se complace en la epidermis,
en la Biblia cromada que registra el ocio
y muestra sobre la página:
placas de bronce,
fechas, nombres, estilos.


MERCADO

En el aroma de la fruta está la clave
ruina de plusvalía con que va mitigando sus razones
el hombre del mercado.

Viejos antagonistas,
adversarios hostiles,
fieles en el delirio de los finales de jornada:
Quienes compran/quienes venden.
Monedas contra el hambre,
contra la vanidad.
Monedas.

Ellos no saben que, de vez en cuando,
la única transacción es el olor


MIRANDO UN CUADRO DE PEDRO DE ORAÁ

Nube de polvo
habitada por el hombre, levitando.
Estruendos que también habrían de apagarse
en los chorros de sangre que la brisa repartió
lanzadas por la ingeniería
de un sistema energizado,
cada nervio en la boca del vacío.

Lloraban las paredes con los hombres.
caían las cales sucesivas
en diminutas formas y colores.

Era observar la destrucción
un set en retirada,
dejando en ese espacio la posibilidad de otros.
El nosequé posible.

Mucha gente miraba
Miradas renaciendo.
Carreras en medio de la bruma.
Miradas deseando que borren el horror
que se instalaba sobre la tela frágil.


DUDAS

¿Cómo juzgar si el escribano sabe
que su palabra dice más,
si es él quien ejercita,
cada día, la profesión de transcribir?

¿Cómo saber si discrimina,
en favor de nosotros (por nosotros)
mientras esgrime el argumento de la duda?

Si la materia suya es el silencio,
¿de qué modo confiar en la pureza de tales traducciones?
¿Cómo saber si hay culpa en sus verdades tangenciales?
¿Qué calla-que nos dice?
¿Qué dice cuando calla?
¿Qué sabe exactamente de nosotros?
¿Y de él mismo?
Si es sólo un mediador
entre la libertad y la prudencia.


JUEGOS

En la infinita sucesión
estaban escritos nuestros nombres,
junto a los nombres de la historia.
Hablo de todos,
humilde-grande en relación circunstancial.
Ramas genealógicas torcidas,
donde las verdades se mueven
en rangos descritos por los antiguos símbolos.

Imagino los ojos de K.
en el instante en que se despedía con horror,
mirando su caída:
la de un tiempo que sería para él
mil novecientos ochenta y cuatro.

Sus ojos en el pavimento,
visualizando el tránsito a la sustancia etérea,
líquidos, abiertos al vacío.

Pienso en lo que llamaron su elección,
entiendo el gesto,
la armonía del rostro cifrado en un linaje.

Mil novecientos ochenta y cuatro
como miles de años antes,
o el día de hoy y el de mañana.
Hemos estado aquí desde la creación del mundo.
Esa certeza llega ante las almas como K.
almas que marcan la fatalidad más que la suerte.

Es que acaba el espacio que ocupamos,
y la corteza temporal que nos visibiliza
desintegra, disuelve los contornos,
o apuramos el acto de la transfiguración,
y el resto de nosotros sigue vivo.
Vivo un poco más.

Supongo que alguien dobla las hojas
de un gran libro.
Ese alguien cada noche repasa las historias,
y ve cómo se cumplen los rigores de un oráculo
que consiste en darle cuerpo
a una materia breve a la que llaman hombre.

Sí. La existencia es eterna,
del mismo modo la soledad de quien lee ese Libro,
el libro donde estamos todos, sin jerarquías,
ni los rigores vanos de quiénes pueden
o no pueden,
acompañarnos a la mesa.

Sucede que se esconden las ramas,
a modo de árboles genealógicos
–las esconde alguien–
y los dibujos aparecen/desaparecen,
descritos por enigmas,
un lenguaje sencillo para cubrir el pasatiempo.


FUNCIONES DEL ARTE

A trasluz la noticia en el papel dorado:
Orlas rígidas
avales como cuños de agua
tipografía rellena por la cifra.
Escudos,
rúbricas,
números, números, números...

En mis manos enarbolo la obra de un artista
Estrujo en mi cartera este salvoconducto de los dioses
héroes santificados en el poder del número.

A cambio habré de recibir:
cuatro libras de hígado,
dos kilogramos de pescado,
una bolsa de pan,
algo de queso.


LA MANO
acariciando a la otra mano.
Detenida en el límite.
Avisada por sí misma.

La mano escudándose en la voz que sobreentiende.
Alianza de la voz que se distrae.
Conversaciones que fragmentan
la sustancia de dos cuerpos en apariencia íntegros.

¿Cuánto debe demorar la mano en otra mano,
sin que esta comience a sospechar de la textura que le entrega,
absorta en otra piel como en un acertijo?

Risa cómplice del mínimo delito.
Levísimo y vibrante roce que sobrepasa lo sensato.

Ataduras casuales,
amor táctil, improbable, irreal.
Sucesos inocentes de la proximidad.

Dato inútil (público) que nadie irá a reconstruir
más que las manos luego.
Vacías,
en el acto de repetir el gesto.

A solas.
Intenso sensual que multiplica
esos espacios fulgurantes,
inasibles en la sustancia de otro cuerpo.
.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Rafael Carballosa (Holguín, 1975)


Rafael Jorge Carballosa Batista
(San Germán, Holguín, 24.02.1975)


Cursó hasta el quinto año de Licenciatura en Filología por la Universidad de La Habana, 1993-1998.

Organiza y dirige el Proyecto “República Poética” por el que ha sido invitado a varios eventos como “Romerías de Mayo” en Holguín, “Premio Reina del Mar Editores” en Cienfuegos, “Jornada de la Canción Política” en Guantánamo, “Cruzada Literaria” en Camagüey, “Itaca” en Mayabeque, “Festival del Caribe” en Santiago de Cuba, el Festival Internacional de Poesía de La Habana, y La Feria Internacional del Libro.

Preside la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en la Isla de la Juventud, lugar donde reside.

Ha publicado los poemarios:
La infinita quietud de la tristeza, Ediciones Ancoras, 2004
Rimas comunes, Ediciones El Abra, 2005
El grave otoño, Ediciones El Abra, 2007.

En el 2012 Ediciones “El Abra” publicará su cuaderno de décimas “La ventaja de no pertenecer”, Premio de la Ciudad de Nueva Gerona 2010.

Textos suyos aparecen en las antologías “Otras Islas”, Cubeart, 2008; “Aedas en el estadio”, Editorial Unicornio, 2008; “Antología de la nueva poesía cubana 1970-2010”, Elefante Editores, Perú, 2010; “Esta cárcel de aire puro”. Panorama de la décima cubana en el siglo XX, Editora Abril, 2011; “La Isla en versos”, Ediciones La Luz, 2011. Además, ha publicado textos poéticos en la Revista Caimán Barbudo (AHS), Videncia (Ciego de Ávila) y Carapachibey (Isla de la Juventud).

Por su obra ha sido distinguido con:
• Premio de Poesía “Mangle Rojo”, Asociación Hermanos Saíz, 2002 y 2003.
• Premio Poesía de Amor, Isla de la Juventud, 2003.
• Premio de la Ciudad de Nueva Gerona (décima), 2003 y 2010.
• Premio en Concurso Literario “Paco Mir” (décima), 2004.

( Dirección de correo electrónico: ahsisla@gerona.inf.cu )


del libro La infinita quietud de la tristeza, 2004

I
Era el patio con sombra y la frescura que nos salvaba.
Era la casa de los abuelos con su humildad severa y limpia.
Eran los pinos y la banda innumerable de gorriones,
trovadores al acecho del arroz puntual del mediodía.
Y era la tarde y su silencio hasta hacerse niña,
la laguna desnuda y el verde insobornable.

Era el abismo grave del aljibe,
el reflejo festivo de colores redondos.
Eran las ceremonias de la familia,
el café con leche , el dios te ampare y te haga bueno.
Era la escuela, la maestra que nos enseñaba
cada día a leer y a compartir la merienda
y que lloraba largamente cuando nos portábamos mal.
(Sus lágrimas caen desde el pasado
y están en la lluvia que moja mi ventana).

Eran los cuentos de aparecidos y cadenas tronantes,
el puente y la felicidad terrible al paso de los trenes,
los labios de la primera novia y su mirada triste cuando me fui.
Era el dulce de las frutas, el polvo
a duelo con el sol en los caminos.
Era mi madre mojando la tierra amarilla,
sin tiempo a sentir pudor por su pobreza.
Era la alegría del barrio porque mi padre
había regresado vivo de África.
Era el animalito, canción de mi infancia,
que un camionero distraído nos mató .
(A veces siento su llamado
en el ladrido de los perros de la calle).

Era la vecina que nos quitaba el empacho
con un poco de aceite y una sonrisa.
Era el estadio, versión municipal del Paraíso,
donde soñábamos, ¡ah ingenuos!,
con el aplauso de las multitudes
y la parroquial gloria del equipo.
Era la finca de los tíos, donde sentimos como nunca
la ternura de la tierra en la tarde,
el acechante imperio de la noche.
Y era la suerte de que al despertar
fuéramos todavía basuritas de dios,
sin derrota ni sospecha de muerte.


V
Al abrir los armarios silenciosos
nos asalta el amable olor del tiempo.
A veces también se avalancha desde
esas líneas que el placer rescata .
Quizás sean los aromas del polvo,
los tranquilos prólogos de la muerte.

Debiera estar triste. Debiera sentir
que no hay posibilidad de consuelo para el hombre.

He sido áspero y gris, histrión y charlatán.
Me han dado mucho más
de lo que mi haraganería ha merecido:
la noche, la poesía –la de los otros, claro está–,
la familia, el hábito de la conversación,
el cine, el silencio, la lluvia…

Esta época sin grandeza es mi tiempo.
A veces me asomo a la televisión
y compruebo qué loco va nuestro mundo.
He preferido no defender ninguna verdad
ni adscribirme a militancia alguna.
Si leo a Borges o a Kavafis
recupero la fe en el poder
de salvación de la poesía.

De nada puedo brindar testimonio
sino de la dignidad de una calle
en el instante en que un perro la cruza
saturándola de realidad.



del libro Rimas Comunes, 2005

I
Sufro y amo en un país
que en su pobreza es hermoso.
Rincón humilde y sabroso
donde a veces soy feliz.
Vengo y voy a su raíz
para estar acompañado,
y aunque apenas he logrado
algún verso lastimero
juro a mi gente que quiero
caminar siempre a su lado.

Que algo de mi canción quede
en su memoria y su amor.
Que si para mi dolor
alguna opinión le agrede,
convenga en que bien se puede
amar y no estar de acuerdo.
Que si mañana me pierdo
buscando otra geografía,
sepa que sólo quería
demorarme en su cariño
y que comprenda que un niño
tiene su majadería.

¿El resto? Es vanidad,
escarceos con la nada,
tonta pasión desangrada
contra una Divinidad
que patentó la verdad
con sus decretos feroces
y que silenció las voces
de diversa melodía,
no fuera cosa que un día
no temieran a sus coces.

Bien, lo que haya de venir
trabajando aquí lo espero,
cultivando del romero
su pobreza y su elixir.
Nada más quiero decir,
estoy tranquilo y sereno.
Bebo mi propio veneno
y labro mi propia trampa.
Llueve pero luego escampa,
y el lirio sucede al trueno.


II
Gracias, Señor, por las putas
que permites en mi aldea.
Gracias por dejar que sea
yo amante de su cicuta.
Sospecho que tú disfrutas,
aunque a más alta distancia,
como yo de su arrogancia
honesta y sacrificada.
¿Que cobran? No paga nada
tan hermosa militancia.


XIV
Alguien me dijo “es muy necio
pretender llevar la luz”
y mencionó a un tal Jesús
que siguen matando recio.
No me importa si el desprecio,
la estupidez, la ironía,
son el premio que a mi día
dan mis severos paisanos.
No importa. Aún mis manos
intentan la poesía.

Eso todo justifica,
toda herida hace eventual
para quien busca el cristal
que enamora y clarifica.
Yo admiro a quien edifica
sin mucho estruendo un destino.
Amo a quien abre el camino
que luego seguirán otros.
A quien dice “yo es nosotros”.
Amo la altivez del pino.

Amo, créanme, lo juro,
las ceremonias comunes
del cariño. Amo el lunes.
Amo ser así: impuro.
Amo verme en el apuro
de traducir tu mirada.
Amo la noche estrellada,
noche total de mi aldea,
y amo que ella me crea
cuando la nombro mi amada.

Esta es mi única verdad:
ser un poco más humano.
Ser, qué remedio, cubano,
sin tanta solemnidad.
Tener siempre a la bondad
como rumbo y como meta,
y digo a quien me receta
olvidar a los demás:
esta es mi guerra y mi paz,
por el otro soy poeta.



del libro El grave otoño, 2007

Qué melancólico
el chirriar de los grillos
entre las yerbas.

Guardar silencio
mientras los cuervos graznan,
y cuidar la huerta.

Escucho el agua
correr bajo del puente.
Serenidad.

La persistencia
de la rama me dice
que volverás.

No es ser humilde,
mucho menos ser simple:
la transparencia.

Desde la sombra,
igual que las raíces.
Desde la sombra.

En la arboleda
sigue siendo domingo
y aún te espero.

Dije tu nombre.
La quietud sobre el lago
lo repitió.

Un perro ladra.
Pronto será de noche.
¿Dónde te has ido?

Vuelvo a peinar
al hombre del espejo.

Tiendo mi cama
y organizo los libros,
tu foto en el estante.


ooOoo

Yo quisiera ser útil como un techo,
como un par de zapatos, como un pozo;
y si el amor convoca para el gozo,
quisiera ser el labio y ser el lecho.

Quisiera atreverme a poner el pecho
antes que la razón o el triunfo odioso.
Quisiera abrazar al bueno y al tramposo
y ver al zurdo al lado del derecho.

Quisiera ser pescador, campesino,
el que pasa vendiendo girasoles,
ser como una luz que todo lo abarque.

Y aunque el verso haya sido mi destino
y no tenga más que estos arreboles,
yo quisiera ser útil como un parque.


ooOoo

................................................................... a Sofía y José Antonio

No dejes que asesinen tus centauros.
No te permitas flaquear en la tormenta.
Aunque sobren razones,
aunque te quedes sin aliento,
aunque te dejen solo,
aunque a nadie le importe,
aunque la vida siga su curso,
indiferente a tus anhelos
y los muchachos en la esquina
presuman de la marca de sus zapatos,
aunque en la tele digan que todo está muy bien,
aunque Dios no se asome.

No dejes que asesinen tus centauros,
porque mañana tu pequeña
también tendrá su espanto y su duda
y quizás la reconforte saber
que su papi no inclinó la cabeza
cuando todo parecía mostrar
la nadería del humano empeño
de hacer más habitable la vida de los hombres.


ooOoo

............................................ a Wilse Peña

Esta tarde en tu jardín,
......................................................................................... mientras hablabas de las orquídeas
y sus caprichos
y nos conducías por un breve laberinto
que debe pronunciar sus máximos fervores
hacia fines de mayo,
mientras los poetas recitaban
versos propios o ajenos
y estallaba ruidosa alguna broma o anécdota,
tendidos en la hierba
a la sombra de la conversación amiga
y de los tragos posibles,
he redescubierto de un modo tácito
la utilidad de la poesía
y he sentido que en el corazón del mundo
aquel simplísimo acto de amistad
tenía su inefable resonancia.

Esta tarde en tu jardín
he tenido la serena certidumbre
de que Dios se asomaba y sonreía.


ooOoo

Cuando tenía veintidós años
una mujer, algo mayor, me pidió
que me quedara a su lado
a cultivar el huerto de sus días.

Temí de su tristeza
y escapé en busca de otras islas,
pues entonces el mundo era un enigma
y era preciso correr el riesgo de descifrarlo.

Casi una década después,
yo soy aquella mujer
y ahora suplico a una muchacha
de recientes veinte años
que eche su ancla en mi puerto
y baje a las tabernas de mi orilla.

Estos son los caminos circulares.


ooOoo

Todo retorna, como enseñaban los antiguos.
Un día ella izará sus velas
y su insolente hermosura
intentará otras historias.

Ah, mi vieja amiga,
ya ves cómo he pagado mi indolencia.
Pronto seré yo el abandonado,
el que ya sabe que el tiempo
no es un después inagotable.

De nada sirvió partir.
Nunca encontré las respuestas.



– Inéditos –
LAS COSAS POR SU NOMBRE


No se engañe, “Delegada”,
somos unos muchachos tranquilos.

Nos tendemos sobre la hierba
a conversar con las nubes
y a traducir el idioma
que nos traen las lluvias de Agosto.

Es cierto que somos un poco vagos,
pero mire usted, tanto empeño
y asusta cómo anda el mundo.

Se nos ve vagabundear por las esquinas
cuando casi todos se han ido a dormir,
en busca de una señal, de una invitación,
que nos recuerde que aún estamos vivos.

Y también es cierto que soñamos con paisajes
que nunca hemos visitado,

que somos militantes del asombro y la fuga,
que abrazamos las preguntas que emergen como islas
en el horizonte de cada canción.

Nos llenamos de dibujos y alambres
porque ya sólo el cuerpo quizás nos pertenece.

Nos declaramos en contra
de todo el que pretenda administrarnos
las buenas libras de oxígeno
que a cada segundo nos da la vida
sin reclamar diezmo, oda ni sumisión.

Nos aburre la gramática de los noticieros
así que llamamos las cosas por su nombre
y nos resbala que la Academia
pregone el Apocalipsis.

No anhelamos más herencia que la noche
y su altura sorprendida.

Bajo el imperio del caos y la resaca
amamos y somos amados sin mayores argumentaciones.

Los que vengan después harán lo suyo.


ooOoo

Y mentimos porque sí,
........................................................................ para pasar el rato,
........................................................................................ para reírnos de los museos,
...................................................................................... porque demasiadas veces
hemos visto morir y matar a nuestros padres
en nombre de la gloriosa verdad.

Las navajas que ve en nuestras manos
están en su mirada.

No llegaremos a la luna,
no inventaremos la rueda ni el rock and roll,
pero tampoco seremos el combustible
que ha de mover la Gran Máquina de la Estafa Universal.

Hijos de la extensa raza de los hombres,
cualquier sonrisa es nuestro barrio,
cualquier vino nuestra casa.

Vaya a su meeting y homenaje
y déjenos en paz,
mientras dibujamos caligrafías de humo,
y recitamos versos obscenos.
Mientras cantamos, descreídos y borrachos,
desde la indócil vértebra sonora.


SALÓN DE PELUQUERÍA

Mujer de latidos bilingües y vestir de acuarela,
de labios y pechos de fiebre,
debes saber
que te ama un hombre simple como la tierra,
un hombre que no logra limpiarse de ironías,
se emborracha con alcoholes mentidos
y tropieza el minuto de la hora que no alcanza.

Mujer de gestos cinematográficamente sofisticados,
despierta y sin tregua,
tú que descifras todas las señales
y das primero y tres veces,
te aviso
que te espera un hombre sucio como el tiempo.

Un hombre que dice con frecuencia
carajo,
la cosa está de pinga,
me cago en dios.
Un hombre sin talento para las relaciones públicas,
el marketing y el sistema empresarial.

Mujer sustancia de confeti y neón,
emperatriz de las celebraciones,
Honoris Causa en dietas, gimnasios y cosméticos,
entérate
que voy a la tristeza y los domingos;
que soy leal como la noche;
que me demoro más en una canción
o en el alarde irrebatible de tus nalgas
que en el arcoiris desechable de las vidrieras;
que frecuento el censurable vicio
de tenderme a conversar con la luna,
tal vez porque sospecho que en su vientre
pastan los sueños que postergamos
por idiotez o cobardía.

Mujer experta en telenovelas y revistas de chismes,
estadista del souvenir y la gangarria,
faraona del confort,
látigo del luto y la arruga,
si aún no he aniquilado tu entusiasmo,
te prevengo
que si pasas el umbral de mi desasosiego
y persistes en hacerme la estrella de tu show,
tendrás que seguir siendo tú misma
porque así, teatral y purpúrea,
te quieren mis muertos.

Y si acaso mi cariño deviene
en catedral de mármol y escarcha,
te invito
a que combatas y destruyas mis ídolos,
porque también yo,
oh mujer que te conmueves
con la peor música del mundo,
también yo
prefiero el idioma que habla la ternura.

Y ahora,
por favor,
ponme de nuevo ese bolero.


LETANÍA CIUDADANA

.................................................................................... “…mostrándome sus manos llenas…”
................................................................................................................ [ Walt Whitman ]

.
La libertad justifica las guerras,
......................................................... me dicen los generales.
La libertad a veces se vende,
................................................................ me dicen los comerciantes.
La libertad mueve a las masas,
......................................................... me dicen los políticos.
La libertad está más allá,
......................................................... me dicen los beatos.
.

La libertad pasó de moda,
................................................................... me dicen los adolescentes.
Cuidado con una sobredosis de libertad,
......................................................... me dicen los adictos.
La libertad se hizo secretaria,
......................................................... me dicen los hippies.
La libertad, ah, la libertad,
................................................................ me dicen los nostálgicos.
.

La libertad es una ilusión,
........................................................... me dicen los budistas.
La libertad es un truco,
......................................................... me dicen los magos.
La libertad no tiene solución,
................................................................... me dicen los matemáticos.
La libertad está prohibida,
............................................................. me dicen los censores.
.

La libertad se cae,
................................................................ me dicen los arquitectos.
La libertad no tiene ritmo,
............................................................ me dicen los músicos.
La libertad no da buenas cosechas,
................................................................... me dicen los campesinos.
.

La libertad nos mantiene ocupados,
..................................................................... me dicen los enterradores.
La libertad fue otro dinosaurio,
........................................................................ me dicen los paleontólogos.
La libertad es una candela,
................................................................. me dicen los bomberos.
.

La libertad es pa’ los machos,
.................................................................. me dicen los mariachis.
La libertad es un delito grave,
.............................................................. me dicen los policías.
.

La libertad, qué es la libertad,
............................................................. me pregunta mi niño.
Y yo, que siempre me creí libre,
no sé qué responderle.
. .

sábado, 10 de diciembre de 2011

Juventina Soler (Manzanillo, 1970)

Juventina Soler Palomino
(Manzanillo, Granma, 13.02.1970)


Poeta, editora, profesora y guionista de programas radiales.

Es Licenciada en Educación, Especialidad Literatura y Español, Especialización en Cultura Cubana.

Desde el 17 de marzo hasta el 4 de octubre de 1998 laboró en el Centro de Promoción Literaria “Manuel Navarro Luna”. Parte de su labor profesional la ha dedicado a la edición de libros, realizando trabajos para Ediciones Orto, en Manzanillo, y Ediciones Bayamo. Actualmente se desempeña como editora del boletín digital "Xerón" de la UNEAC provincia Granma, es profesora de la Universidad de Granma, es miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) desde 1994 -organización esta de la que fue presidenta en el municipio Manzanillo por cinco años consecutivos-, y es miembro y presidenta de la Filial de Escritores de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en la provincia Granma.

Ha publicado los libros:
Antología Cósmico-Lírica de Juventina Soler Palomino (poesía), Frente de Afirmación Hispanista, México, 2000.
Signos de Resurrección (poesía), Ediciones Orto, 2003.
Exilio en mi Ciudad (poesía), Ediciones Bayamo, 2005.
Mirar a los lados. Dos zonas de la poesía cubana de los noventa (ensayo), Ediciones Orto, 2007.

Posee inéditos los libros Apenas soy el pasto de Dios (poesía), Migajas sobre la mesa del tiempo (poesía), Proceso cultural cubano de finales del siglo XX y principios del XXI o la constante búsqueda de la aguja en el pajar (ensayo), y Para contarlo en voz alta (teatro).

Su poesía se incluye en las antologías:
Casa de las alucinaciones, Banco de Ideas Z, 1995.
Al sur está la poesía. Compilación de poesía granmense. Ediciones Bayamo, 1998.
Mujer Adentro. Selección de Poesía femenina. Editorial Oriente, 2000.
Los Parques. Antología de jóvenes poetas cubanos. Ediciones Mecenas, 2001.
Una mirada. Antología de poesía cubana. Ediciones Luminaria, 2003.
Antología Cósmica de la Poesía Cubana (tercera parte). Frente de Afirmación Hispanista de México, 2001.

Además su obra está publicada en las plaquette “Sed del Espejo” y “Piel de Relámpago”; así como se recoge en diversas revistas.

Por su quehacer y creación ha sido distinguida con:
• Mención “Juan Francisco Sariol”, 1997.
• Mención “Veinte de Octubre”, 1998.
• Premio “Afranio Parra Guzmán”, del Taller de Creación “Siembra” de Cartagena de Indias, Colombia, 1998.
• Mención “Elieser Lazo”, 2002.
• Premio “Delia Carreras”, 2001.
• Premio Especial del Consejo Nacional de Casas de Cultura en el Concurso “Regino Pedroso”, 2005.
• Sello XX aniversario de la fundación de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), 2007.
• Premio de Cultura Comunitaria, 2008.
• Premio Anual de Poesía “América Bobia”, 2011.

(Dirección de correo electrónico: tinasoler41@gmail.com )



del libro Exilio de mi ciudad / Permanencia, 2005
EXILIO EN MI CIUDAD (I)

1
Mi ciudad es un puente en la memoria
donde los andenes asisten al silencio
y el mensaje dice
la hora exacta de perseguir los caminos.

Vuelvo a mi ciudad
ella siempre espera.

Desde la ventanilla del tren
alguien dice adiós
deja sus confesiones en el rostro del aire
para luego mirar solo mirar.
Nadie me abre los brazos en el andén
cuando un niño juega con las ropas de su madre
el loco escribe en los latones y bosteza
el vendedor ofrece la eterna felicidad
dormida en su garganta
un forastero sostiene su equipaje
y silba una canción
mientras la adolescente se acaricia el cuerpo y espera.


Nadie me abre los brazos en el andén
los viajeros muerden la indiferencia
de las tres de la tarde
y el conductor anuncia nuevamente.

2
Siempre imaginé la salida de un tren
como el golpe de una ola acariciando
el adiós del que queda en la orilla
pero los trenes parten a pesar del silencio
de las manos invisibles en la distancia
a pesar de la fiel promesa.

Estoy en el ferrocarril
donde a las tres de la tarde todos huyen
se lanzan a conquistar los senderos.
A esta hora el viejo de la taquilla se revuelve
entre el cansancio y la sonrisa de quien nada espera
sueña con su amada cada noche
y el sonido de los trenes
le devuelve a su banqueta diaria.
Siente cómo su palabra de hace invisible
porque se la llevan los trenes
a reencontrarse con el pasado.
A las tres de la tarde
los viajeros compran sus boletos
inventándose una historia
para contarla en los estrechos pasillos
luego vuelven sus pasos y sueñan.
Estoy en este ferrocarril
en el que todos anuncian su viaje
pero vuelvo a mi ciudad
ella siempre espera.

El reloj marca las tres de la tarde
y desde la ventanilla del tren
alguien dice adiós.

3
Hoy tengo la indefinida edad
del tiempo que marcan los olvidos
porque revuelvo mis papeles mi casa mi ciudad
y no me encuentro.
Pero ahí están todos
y todo en su lugar
como un vidriera bendecida por Dios
aunque al cerrar las puertas
se arrodillen delante de un plato vacío
y rememoren las glorias pasadas.

Mis abuelos ya no van a la plaza
por un centavo de azúcar
se fueron con sus dudas y los años
sin comprender por qué los hijos
tiraban sus ojos al mar.

Pero mi ciudad los vio huir
mis tías y primos se arrancaron
las piedras de los zapatos
y a la caída del sol en el mar
nada más se vieron sus sombras.
Nadie nadie nadie
sobre la aparente tranquilidad
sobre la desidia de los grandes manuscritos
sobre el borroso escudo invento del conquistador.

Cuando miro al mar no me sorprendo
y las horas pasan
en las alas de las gaviotas
que desde sus picos
lanzan una plegaria.

Ahí están todos
y todo en su lugar
como una vidriera bendecida por Dios
y mi hijo en esta ciudad
y sus primeros años comprometidos con el mar
a la primera campanada abrirá sus ojos sonreiré
y el padre quitará de su piel
las lágrimas que heredó
cuando su cuerpo crecía en mi vientre.
Aquí estoy
y tengo la indefinida edad del tiempo
que marcan los olvidos.

4
Desde el asfalto alguien lame su destierro.
No nos alejan los océanos
ni altas cumbres impiden el paso
es la capital de mi país que huye abandonándose.
Se hace necesario devolver las palabras
cuando el paisaje es cada día más inconcluso
y nadie recuerda sus primeros años
en que los padres dibujaban un barco
en el borde de un papel
señalando el mar las nubes
y nosotros tomados de las manos
decíamos adiós sin mirar para atrás.
Mis padres fueron tragados por estas piedras
con sus dibujos de soles imperfectos
y despedidas borrosas.
Solo quedamos nosotros
haciéndonos preguntas muchas preguntas
después de los treinta años.
Desde el asfalto alguien levanta su consigna
ondea con los harapos del aire
lo aplastan trituran sus sueños
nadie nadie nadie
es su propio benefactor y recoge despacio
lo que le queda del cuerpo.
En la puerta de su casa la consigna se ríe
le convida a la mentira
solo piensa que es muy tarde
y necesita comer
limpiarse lo que le queda del cuerpo
prestar un pedazo de pan
al que se arrodilla en la acera
para nuevamente
colgarse al cuello la consigna que otro inventa.

Alguien dibuja en el borde de un papel esta ciudad
donde lame su destierro.

5
Ahora llueve
y pronto el agua nos devolverá
al sitio justo.
Nos ponen las aguas frente a nosotros mismos
porque aguardan la cotidiana cita
que cree engañarnos una y otra vez.
Los años no pasan en vano
desde mi lugar miro al tiempo
y mientras en mi ciudad llueve
soy una gota que espera la caída.


VEINTIUNO DE JUNIO DE 1937

................................ Y quise herirte
.............................................................. allí en el mismo centro de tu ser....
..................................................................... Así me defendía del miedo a conocerme.
............................................................................................................... [F.O.]

.................................................. De Digna Palomino, mi madre.

Siempre soñé abiertas mis manos
para juguetear con el susurro del día
así caminé entre desamor y pobreza.
Sobre mi casa volaban las brujas
a las doce del día me hablaban al oído
me daban de comer sus uñas
pronto aprendí a volar
también mi padre tatuaba
sobre el alma de mi madre la soledad.
A los quince años mis manos desaparecían
entre las sábanas y el sol
desde ese momento adiviné mi futuro.
Ya era bruja y volaba a las doce del día
camino al infierno
luego llegó él me desnudó a las doce de la noche
entonces mis ojos lamieron su sangre
incansables poseídos por la nostalgia.

Riego mis huesos
solo me quedan mis huesos
luego de un veintiséis de julio de 1990.
Para entonces ya era bruja
y volaba a las doce
y aparecía él entre sonrisas
para guardar mi cuerpo en su bolsillo.
Tuve tres hijas
desde esa fecha dejé de volar
tres hijas alimentándome el parto con desmemorias
mi existencia dictaron bajo los pies y el recuerdo
cada una llegó con la estación de los hombres:
la primera coronada por la ausencia eterna
tocó mis brazos un invierno de 1970
la segunda salió de mi vientre
en el otoño de 1972
la tercera se sembró en mi pecho
-ser de inmoladas hazañas-
en el verano de 1975.

Riego mis huesos
solo me quedan mis huesos.

Cuando amanece la tierra me da de comer
el mar me conduce hasta la puerta de su casa
me invita a una copa
y mi hija escribe incesantemente
riego sus ojos con el rocío de la mañana
aún conserva su collar de escamas
y su padre se arrepiente
cuando encuentra al tiempo.

Riego mis huesos
solo me quedan mis huesos.

Voy al encuentro con mi madre
ella guarda mis ojos en su pañuelo
y la tierra nos acoge
pienso en mis hijas y sus tardes
pero dejé de volar
cuando él abrió mis piernas
y ellas nacieron.
Sobre mi casa volaban las brujas
a las doce del día me hablaban al oído
ahora después de catorce años y para siempre
riego mis huesos
solo me quedan mis huesos.


VEINTICINCO DE FEBRERO DE 1939

.................................................. De Juventino Soler,
................................................................. para que el tiempo no venza.

Cuando el sol brilla
su luz nos cobra una deuda.
Continuamos cansados de mirarnos frente al aire
en esta interminable entrega de cada día
como si quedara solamente
una butaca en el vacío teatro.
Siempre mi niñez de árboles y soledad
donde las mujeres no llegaron
paseaban todas por mi cuerpo
siempre tranquilas en su inercia
desde las páginas de una vieja revista.

Voces a mis espaldas
y un extraño guiño de la ciudad
que me vio crecer más allá
de sus fuentes y ahuecados vítores.
No encuentro las promesas
testigos en la cerradura del agua
en los años parecidos a las cobijas del insomnio
como acertijo inmolándose
como los veinte años que bebí
desde los senos de aquella mujer
que arropó su inocencia en mi lengua.
Dónde están mis hijos
dónde mi casa
dónde la época en que todos corrimos
y apostamos el futuro en incontables sospechas
que han quedado detenidas en el horizonte.





.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Carmen Serrano (Sagua de Tanamo, 1939)


Carmen del Pilar Serrano Coello
(Sagua de Tánamo, Holguín, 21.05.1939)

Poeta.

Licenciada en Filología por la Universidad de Oriente, es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Residió por muchos años en Baracoa, Guantánamo, donde fue fundadora del Taller Literario y Directora de la Revista literaria "Maguana".

Ha publicado los poemarios:
Por este medio, Talleres del Consejo Nacional de Cultura, 1973.
Por el cauce de mi río, (Antología personal), Ediciones Unión, 2004.
Una paloma de espuma, (poesía para niños), Ediciones Holguín, 2008.
Por aquí andan mis ángeles, Colección Mariposa, Editorial Oriente, 2008.
Esas ovejas que nos balan dentro, Colección La rueda Dentada, Ediciones Unión, 2010.
Canción para arrullar a un árbol, Ediciones Extramuros, 2011.

Posee inéditos el decimario No me quiten lo vivido, la noveleta para niños No se lo digan a nadie, el libro de poesías para niños Por el agua del sueño nada un pez, el poemario Ahora vuelvo a discurrir con el agua, y el poemario Un remo contra el agua, con prólogo de Virgilio López Lemus, en proceso de publicación por la editorial Letras Cubanas.

Tiene múltiples publicaciones en periódicos, revistas y antologías como la de Poetisas Cubanas, Perfil de Santiago, Antología de poesías de amor, De la poesía joven. Por ser holguinera y por su labor literaria en Santiago y Baracoa fue incluida en el Diccionario de Escritores Santiagueros, en el de Escritores Guantanameros y en el de Escritores Holguineros.

Por su obra ha sido distinguida con:
• Premio en el concurso “José María Heredia” por el libro Por este medio.
• Mención en el concurso “XX Aniversario” por el libro “Consecuencias”
• Premio Regino Boti en Poesías para niños
• Finalista en el II Certamen Internacional de Poesías Sant Jordi 2006

Reside en La Habana.

( Dirección de Correo electrónico: carmencita@cubarte.cult.cu )


del libro Por aquí andan mis ángeles, 2008
SACUDIDA

Los que llegan nada saben de la espera,
ni del viaje detrás de las figuras que fueron al océano
a indagar por las naves del encuentro, a vadear los escollo
para evitar naufragios. Las olas nada entienden,
remontaron astucias. Ahora es mejor aplacar este sol
con aguas de silencio, con helados hechizos.
No hay inexistencia porque nada existía.
Alguien se adelanta buscando la respuesta fantasiosa.
Nadie sabe ahora sumergirse
a descubrir el final de la novela. Simiesco es el detalle.
Entre las algas parpadean los asombros, se han dormido.
el efecto del somnífero es certero. Deshago pareceres,
vierto en río pequeño este descreimiento
contra todo el amor.
Y espanto las moscas de la espera
con leves manotazos que lanzo a la tristeza.


Y ECHA A CAMINAR CADA DÍA UN CORAZÓN

Que si debió ser como todos plantean, que si la tarde
se enmascara con brumas, que si el reloj es un martirio
cuando no deja que el tiempo se pare en la hora señalada.
Que si este mar no tiene dársenas para amarrar
el minuto feliz de esas naves. Que si la palabra no fue inscripta
en documentos donde el amor se asienta.
Nada interpretarará el huidizo secreto
y esta lluvia vuelve a desesperarnos cuando por cada gota
ascienden los despojos y el ojo de la soledad nos mira fijamente.
Estamos estrenando costumbres
para consentir lo irremediable de estos espejismos
que abrevamos para intentar purificarnos,
como fue purificada Santa Juana de Arco
porque la fe en sí misma le hizo oír esas voces
de San Miguel Arcángel y otros santos.
Y salvó a su país, como quise salvar este pequeño patio,
donde sigo oyendo las voces de los duendes,
nacen y mueren los augurios,
y echa a caminar cada día un corazón
con patitas de paloma, y sube a los asientos
para mirar al pájaro que, como entonces,
se mece en lo más alto de aquel pino.



del libro Esas ovejas que nos balan dentro
SOÑABA NO SÉ CON QUÉ NINFA

……………………… "Esta mañana el río ha sido
…………………… mío: Lo levanté del viejo
…………….........………… cauce. ¡Y me lo eché en el pecho!"
……………………………..……. [Dulce María Loynaz]


Soñaba no sé con qué ninfa
oculta detrás de los abismos,
y recorría el palacio de Versalles
con el corazón atolondrado.
La pesadilla real traía imágenes
sin que la aparición fuera María Antonieta de Austria
sino la abuela secándose las manos con el delantal,
blasfemando por las flores en el suelo,
y el padre que no era Francisco I,
aunque tomaba vino y aceptaba nombramientos,
escuchaba la queja indiferente.
La Emperatriz María Teresa,
no es esa mujer delgada
que me nutrió más espíritu que hambre.
El paseo por el jardín eleva el coche,
voy sobre canales.
¡Mis ríos!, -¡son mis ríos!


ESAS OVEJAS QUE NOS BALAN DENTRO

Imán que atrae la vibración que en los sentidos
se dispersa como fibras de árboles rasgados
por el picoteo de las aves. Son estas las ficciones
que unidas tejen la cuerda para reconstruir el episodio
porque todo lo atraído responde a la tenue bondad
de esas ovejas que nos balan dentro.

No estoy sino en esas visiones del instante
en que los resplandores combaten a las nubes
y comienza la calma a torturar la sangre de las horas
que han decidido custodiarnos.
Se nos pega en la piel el ritornelo del ave nocturna
que intenta desmayarnos por el miedo
de caer en esta ausencia que hiere
con su espina de remembranza alucinante.
Ay, que doler ese verano pálido que nos cierra los ojos,
cuando pasa trayéndonos la playa, la música y el campo,
de tanta esencia derramada en los aires que fueron.
Y este poema que no quiere llorar.
Y este poema.



del libro Canción para arrullar a un árbol
A TRAVÉS DE LAS ALAS DEL PÁJARO

Está extraviado el tiempo:
me asomo a contemplarlo
ahora que veo pasar algún rayo de luz
a través de las alas del pájaro
que huye de mi presencia.
En esta escena no está Sísifo
subiendo con su roca a la espalda.
Yo la porto sobre la flaqueza
de un hombro descarnado por otra maldición
que me mantiene
bajando a recogerla
hasta el fondo del Tártaro
al que intento romperle,
con los puños del sueño,
su infinito.



del cuaderno No me quiten lo vivido, inédito
MADRE

Te miro, flor hacendosa
con poca luz cose y cose,
para disfrutar el goce
de vestirme como diosa.

Te vi partir ¿qué otra cosa
puedo hacer sino tenerte
en mi espíritu y saberte
siempre dispuesta a mi lado?

Hoy mi vestido está ajado
por la arruga de tu muerte.



del cuaderno Un remo contra el agua, inédito
EN EL PICO DEL ALBATROS

I
Un rostro peligroso abre sus alas
y el anciano de las figuraciones
mastica su imposible.
Los ojos que ven a través de las rocas
el murmullo del mar
han avizorado los pájaros de la rutina
que no parlamenta
ni ante la pantomima de sus alas.
El temblor, en el aire, de la cola del pez
es el último intento de volver al océano
antes de ser tragado por el albatros.

II
Temo a una nueva mordida
del áspid que se me enrosca en el pecho
para darle descanso a su faena.
El corolario de lo absurdo
debilita la fe y alguna danza mítica
comienza la odisea de inaugurar salones,
mientras vasija en mano
intento recoger la ambrosía
para nutrir a mis pequeños dioses.

Los angelotes coronan a la santa
que ladea la cabeza del perdón
entre la tristura de las flores:
Salto de ella a mí, colocando el rostro
en posición ingenua,
y como el pez en el pico del albatros
inútilmente me sacudo.



-inédito-
ALGUNAS MUJERES CREADORAS

Caminan sobre sendas nigromantes,
beben vinos añejados en odres de omisiones,
se curan con resina de añoranzas
y a veces duermen sobre el cuerpo de un verso
que resolvió no ceder en la batalla diurna.
Caen en el estanque del amor y no saben nadar,
ni saben dónde encontrar trastos de lo común
cuando el orden las obliga a emplearlos.
Mencionan erotismo,
jugándose en la ruleta los pudores
y ganándose miradas afiladas
en la piedra de la desconfianza.
En ocasiones paren hijos,
que buscan tras cotejos convenientes al uso,
a la madre normal.
No sufren de escapadas o vestidos ajados,
de salitres y arenillas cegadoras,
de ángeles que transportan astillas de luna,
de querellas por usanzas.
Y obtienen como premio,
al concluir aquella obra de la madrugada,
que las musas locas, vírgenes de amantes,
aplaudan con júbilo de acierto
y hasta logren poner en deserción,
a los temibles fantasmas de las melancolías.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Olga Sanchez Guevara (Bayamo, 1952)



Olga Sánchez Guevara
(Bayamo, Granma, 10.05.1952)

Poeta, narradora, ensayista y traductora literaria.

Graduada de Licenciatura en Lengua Alemana por la Universidad de La Habana, y de curso de idioma portugués en la Unión Latina, es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Es, además, profesora adjunta de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana.

Ha publicado los libros:
Viamontes: el último vuelo (testimonio), Editorial Ácana, 2003 (reimpresión en 2004)
Cartas de la nostalgia (prosa breve y relato), Ediciones Bayamo, 2004
Conversación con ángeles (poesía), Editorial Ácana, 2005
Ítaca (poesía), Fundación Sinsonte, Zamora, España, 2007
Óleo de mujer junto al mar (novela), Ediciones Unión, 2007

Ensayos y textos de su autoría han aparecido en Revista Mexicana de Cultura, Antenas, Revolución y cultura, La Letra del Escriba y otras publicaciones periódicas impresas, así como en los sitios web Cubarte y Cubaliteraria, y en las revistas digitales Librínsula y Anónimos.

“Cartas de la nostalgia” y otros dos textos de su autoría fueron traducidos al alemán e incluidos en la antología de narrativa femenina latinoamericana Mosaik aus dem Innersten, en Salzburgo, Austria.

Además, ha traducido, entre otros, libros para niños y jóvenes, así como de narrativa, poesía, teatro y ensayos de diversos autores sobre arte, literatura y otros temas afines.

Por su obra ha sido reconocida con:
• Primera mención en el concurso de poesía Digdora Alonso, Matanzas, en 2008 (por el cuaderno Miradas).
• Premio de ensayo en el concurso Aniversario Palabra Nueva al ensayo “Búsqueda y sed de Dios en la poesía de Gastón Baquero”
• Premios del Consejo de Traductores Literarios de la Cancillería Federal de la República de Austria en 1997, 1998 y 2006
• Premio Nacional de Traducción Literaria “José Rodríguez Feo”, de la UNEAC, en 2000.
• Medalla “Raúl Gómez García”, en 1997.

Reside en La Habana.

( Dirección de correo electrónico: olgaelena@cubarte.cult.cu )


del libro Ítaca, 2007
SITIOS NATALES DE MIS SUEÑOS

………………………………sitios natales de mis sueños…”
…………………………………… [Friederike Mayröcker]

la majestuosa sombra de una ceiba
la catedral de dresden y bajo la llovizna
el puente sobre el elba
el rin el neckar el danubio un lago
y los palmares al atardecer

la stephansdom en su penumbra gótica
la estatua del mayor la plaza de la patria
el columpio debajo de un laurel
y las alas abiertas del ángel en santiago
el santuario del cobre y las montañas

ítaca mía Tú donde convergen
los caminos del sueño y la memoria


Ciclo “Visiones”

6
para manolo

la eternidad es ese espacio mínimo donde estamos ahora, en un beso, tú y yo

la eternidad —ah goethe— será ese instante único que alguna vez quisimos arrebatarle al tiempo

7
para rainer

al lado hay una fuente y un jardín, y la luz dentro

la playa, los bañistas: la madre sostiene al pequeño que se tapa los ojos, tal vez tiene miedo del agua, y se acercan las niñas con sus ropas flotantes y las manos mojadas

estuve allí en el primer instante; aún estoy, desde hace tanto tiempo, en esa playa valenciana, en el verano fresco y soleado de las olas azules

10
para karin

el sinsonte trinaba en lo más alto del árbol sin follaje

en el patio vecino se alzaban otros árboles, verdes y florecidos, pero el sinsonte vino siempre al naranjo sin hojas

un manantial de música en lo alto del árbol deshojado


Ciclo “Huellas”

11
Niña

Irisado de rosa y oro, el sol le baña el cuerpo mientras los pies se posan en la arena inundada

La luz está a su espalda, y la cara en la sombra

Hay como un desamparo en la figura que contempla el azul innumerable: ¿qué hace esta niña sola frente al mar, tan lejos de su isla?, ¿dónde los otros niños que juegan en el agua del verano?

Las olas de cristal verdeazulado y blanca espuma llegan a sus pies; ella mira al misterio, escucha su rumor

13
El retorno

Te inventé duende a mi medida, espejo de mí misma, árbol a cuya sombra refugiarme, cálida mano para darme apoyo

Y alguna vez te hiciste real

Ahora, marcada a fuego por tu ausencia, por un silencio al que no alcanzan ni los ecos, llamo, y nadie me responde

Y no sé cómo regresar a mí


Ciclo “Ítaca”

9
detén, para este abrazo, los ríos de un tiempo hostil: respiren las estrellas junto a las ramas de la ceiba y la yagruma, tras el lento extinguirse de la tarde sin sombras

detén, para este abrazo, el giro de los astros



-inédito -
Ciclo “Miradas”

TRÍPTICO PARA DOS

1
A veces sueño despierta
un cielo multicolor

nubes que se vuelven alas
lluvia que se vuelve amor

a veces digo tu nombre
como quien besa una flor

2
Porque has crecido junto a mí
conmigo
porque he crecido junto a ti
como dos árboles que en un abrazo
inseparables
ya son uno

Los consuelos para la ausencia
aquello de que siempre estás aunque no estés:
vanas palabras

Nada como tu piel junto a la mía

Desnúdame de sombras
inúndame de aromas
desbórdame de luz

3
Cada mañana Penélope teje el regreso de Ulises
cada noche desteje la esperanza del día que termina
sólo para recomenzarla al día siguiente con brío renovado
eterno mito de la espera por el amor que vuelve siempre

Transcurren los veranos, los inviernos
y nuestras idas y retornos refuerzan nuestros lazos
y nacen y pasan las flores, los sueños

Y el canto del sinsonte, la brisa al mediodía
los aromas del alba y las tardes de sol
todo lo que es efímero permanece en nosotros
y después de nosotros continúa

Cada mañana y cada noche tejemos tú y yo juntos
la urdimbre de un amor que es nuestra vida y más

martes, 15 de noviembre de 2011

Mirta Yañez (La Habana, 1947)



Mirta Gloria Yáñez Quiñoa
(La Habana, 4.04.1947)

Poeta, narradora, ensayista y crítica literaria.

Licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas, Escuela de Letras y Arte, Universidad de La Habana; y Doctora en Ciencias Filológicas, Facultad de Letras y Arte, Universidad de La Habana; es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) desde 1977, y de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) desde 1987.

Ha publicado los libros:
Las visitas (poesía), Imprenta Universitaria, La Habana, 1971
Quiénes eran los aztecas (divulgación docente), Centro de Información Científico-Técnica de la Universidad de la Habana, La Habana, 1974
Todos los negros tomamos café (cuento), Ed. Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1976
Serafín y sus aventuras con los caballitos (novela infantil), Ed. Gente Nueva, La Habana, 1979 (Reediciones: 1987, con ilustraciones de la autora y 2003)
La Habana es una ciudad bien grande (cuento), Ed. Letras Cubanas, La Habana, 1980
Yo soy Jack Johnson (relato), en Cuentos de boxeo, Ed. Arte y Literatura, La Habana, 1982
La hora de los mameyes (novela), Ed. Letras Cubanas, La Habana, 1983
El mundo literario prehispánico (ensayo en colaboración), Imprenta Universitaria, La Habana, 1986
Las visitas y otros poemas (poesía), Ed. Letras Cubanas, La Habana, 1986
El diablo son las cosas (cuento), Ed. Letras Cubanas, La Habana, 1988. (Reedición: 2000)
Notas de clase (poesía), Colección "La barca de papel", Imprenta de la Dirección de Información, Ministerio de Cultura, La Habana, 1989
La narrativa romántica en Latinoamérica (ensayo), Colección "Giraldilla", Ed. Letras Cubanas, La Habana, 1990
Una memoria de elefante (testimonio), Ed. Abril, La Habana, 1991
Poesía casi completa de Jiribilla el Conejo (poesía para niños), Ed. Gente Nueva, La Habana, 1994
Algún lugar en ruinas (poesía), Ed. Unión, La Habana, 1997
Narraciones desordenadas e incompletas (cuento), Ed. Letras Cubanas, La Habana, 1997
Cubanas a capítulo (ensayo), Ed. Oriente, Santiago de Cuba, 2000
Havanna ist eine ziemlich grosse stadt (cuento), Ed. Atlantik, Bremen, Alemania, 2001
Camila y Camil (testimonio), Ed. Pablo, La Habana, 2003
Un solo bosque negro (compilación poética), Ed. Letras Cubanas, La Habana, 2003
El Matadero: un modelo para desarmar (ensayo), Ed. Letras Cubanas, 2005
Falsos documentos (cuentos), Colección Vagabundo del Alba, Ed.Unión, 2005. (Reedición 2007)
Cenicienta (versión teatral), Ed. Gente Nueva, 2006
Del azafrán al lirio (textos diversos), Ed. Extramuros, 2006
La fiesta de los caballitos (novela infantil) -edición mexicana de Serafín y sus aventuras con los caballitos-, Ed. Progreso, México DF, México, 2006
Faux Papiers (cuentos), edición bilingüe, Ed. MEET, Saint-Nazaire, Francia, 2007
Serafín y las aventuras del Reino de los Comejenes (cuento infantil), Colección Dienteleche, Ed. Union, 2007
El bufalo ciego y otros cuentos (compilación de cuentos), Ed. Unión, 2008
Havana is a really big city (cuentos), Ed. Cubanabooks, California, 2010
Sangra por la herida (novela), Ed. Unión / Ed. Letras Cubanas, 2010
Blessure Ouverte (novela), Ed. L´Harmattan, Paris, 2011

Además ha realizado numerosas antologías, selecciones, prólogos y otros textos de crítica literaria, entre ellos, Estatuas de sal. Cuentistas cubanas contemporáneas, Ediciones Unión, La Habana, 1996; Álbum de poetisas cubanas (poesía), Ed. Letras Cubanas, La Habana, 1997; Cubana (narrativa), Beacon Press, Boston, 1998; Habaneras, Ed. Txalaparta, España, 2000; y Making a Scene: An Anthology of Short Stories by Cuban Women Writers, Mango Publishing, England, 2002.

Parte de su obra ha sido traducida y publicada en el extranjero. Igualmente aparece en numerosos sitios web, y ha colaborado con numerosas publicaciones periódicas nacionales y extranjeras.

Por su obra ha sido galardonada con:
• Premio de poesía, Concurso "13 de Marzo", 1970
• Primera Mención de cuento, Concurso "26 de Julio", 1975
• Primera Mención de Crítica, Concurso "13 de Marzo", 1977
• Premio de narrativa, Concurso "La Edad de Oro", 1977
• Premio de cuento, Concurso "Editorial Abril", 1988
• Premio de la Crítica, 1988, 1990, 2005 y 2010
• Premio de ensayo, Concurso FMC, 1990
• Premio “Memoria”, Concurso del Centro “Pablo de la Torriente Brau”, 2000
• Premio Forderpreis der Iniciative LIBeraturpreis, Frankfurt, Alemania, 2001
• Beca de Creación en Maison des Ecrivans et des Traducteurs (MEET), Saint-Nazaire, Francia, 2004

( Dirección de Correo Electrónico: mirtayq@enet.cu )


en la antología personal Un solo bosque negro, 2003
RECORDATORIO

Ten presente
siempre
que la posteridad se ha hecho
para que futuros estudiantes
―husmeadores frívolos y pasajeros―
se aprovechen
de la carne viva
que han dejado los pobres poetas
en sus cartas,
en sus sábanas miserables,
en sus miradas suspendidas de un árbol.
Pero ten presente
―también―
que los poetas sueñan
con la larga permanencia
y para eso construyen las catedrales
y los poemas.



del cuaderno Horario personal, inédito
UN SUCESO A LAS DOCE MERIDIANO

Ocurrió así como lo cuento.
Yo iba pensando
lo de todos los días
―juro que era lo mismo de siempre―;
me asustaba
que nunca sucediera nada del otro mundo.
Y entonces la bruja
pasó volando en una escoba,
me gritó mirta
y yo palidecí.



del cuaderno Apuntes de clase, inédito
QUEHACER GENERACIONAL

Aquellos, los nostálgicos poetas del pasado
nunca vieron la nieve,
pero el pálpito silencioso de los copos
cayó escrupulosamente sobre sus versos;
siempre desconfiaron
de los océanos,
de las atroces distancias sin más grito que el viento,
aunque a menudo olfatearon el sándalo
y jugaron, como niños,
con las chinerías;
es más,
supieron del estrago en los estómagos bohemios,
de la soledad
que se asemejaba a una helada mancha en el horizonte
y a la libertad sólo la conocieron
para romper la métrica de sus estrofas,
auténticas y desatinadas como los tiempos que corrieron.
Ah, mi joven poeta del mañana,
recibe sobre el poema el sol del trópico
como una andanada de salvajes cerbatanas;
emplea palabras feroces
para denunciar tu época;
dispón de lo necesario para registrar en la secreta costura
de la letra
el cambiante dolor del universo
y las leyes de la ternura que siempre fluye,
siempre fluye.


HERMANO QUIROGA

Nunca más el perfume excesivo de la costumbre,
se dijo el poeta renegado,
fuera con todo, cueste lo que cueste.
Fuera el consuelo de las certidumbres,
el lecho para dos,
las sucesivas generaciones
siguiendo una diáfana regularidad;
nunca más los refugios de la tolerancia
como sobras de la ciudad corrupta,
se dijo, hurgando en sus hambres, el poeta violento, el asesino,
el presunto suicida.
Fuera, fuera todas las afrentas
(como aquella de sentirse un mimado de los espurios dioses,
él mismo casi a punto de convertirse en un endeble diosecillo);
no, y mil veces no,
se dijo el poeta herético,
no a la urbe, no al corrillo,
no a las buenísimas maneras,
no a la belleza acatada por la mayoría
se dijo de una vez y por todas
el poeta irreverente, el célibe,
hundido de cabeza en su huraño destino,
en la brisa salvaje
de la selva ancestral,
en la ulcerante libertad del animal solitario
que defiende sus escasos dones.


CONTEXTOS DE SOR JUANA INÉS

Madre, madrecita Juana,
todos eran hombrazos en su pueblo,
las espuelas empezaron a morir contra su frente,
nadie colmaba
las tardes impúdicas
bajo los lienzos del patio del abuelo;
no era feliz la muchachita,
quién iría a sospechar entonces aquella vena férrea
y cálida
que le espetaba el corazón.
Sabihonda retenida en nuestras manos, ya decían,
se burlaban los pálidos superiores,
¿alguien recuerda sus nombres?
¿los de aquellos hombrazos?
El padre natural era uno de ellos, qué duda cabe,
y también los hidalgos con sus cosméticos pedestres,
los amantes, los patrones de casi todos los oficios,
ya se sabe, eran los dueños
de la fe y de la moneda,
del sexo también.
Desconcertante mujer ya madurando en la celda,
las gongorinas voces rescatando los polvos malditos,
allí saquea con tesón la poesía y se llena
los bolsillos de esas piedras volcánicas
para castigar la vesania.
Madrecita Juana del cilicio en bandolera,
el propio dios era todo un hombrazo
y tú así, qué remedio,
recordada por los siglos, la criatura imperfecta.


CONFERENCIA

Pretendo explicar algo a mis alumnos
que todo lo preguntan, la palabra,
impura,
las conjeturas sobre aquella página trémula ya tan distante,
qué se hizo de la furia manirrota en que se empeñaban
los antiguos poetas,
dónde va el rumor de los capítulos amarillentos,
el crujido de las mamparas y los versos,
indócil polen que me gana la vida,
la pasión impresa, detenida en los celajes,
ese frío soplo que nos separa.
Cómo puedo saber yo del perfil inquieto,
encendido apenas por el fuego enamorado de la adolescencia.
Los profesores no disertan del amor personal,
del sufrimiento leve,
ni de la nostalgia por la loseta crucificada en la penumbra,
allí también arde un corazón impensado,
sigan atentos a mi charla,
tras ella se esconde mi propia página trémula, mi furia,
el rumor, las mamparas.



del cuaderno Limitaciones, inédito
OBJETOS

Los objetos se someten indefensos
a las máscaras del tiempo.
Tomemos, por ejemplo, esta piedra,
esta desnuda piedrecita que encontré en una gaveta.
¿De dónde vino? ¿Desde cuándo está?
¿Cómo llegó hasta ahí?
¿Quién la trajo? ¿Por qué la conservé conmigo?
Cada pregunta que me hago acumula perplejidades
y desmemorias.
¿Es piedra de río o piedra de mar?
¿La recogí en un riachuelo de la Sierra Maestra?
¿O acaso en las riberas del bucólico Clain, o del Arno?
¿La encontré en la playa de Guanabo,
o en la costa de aquel pueblo del Pacífico,
o en el helado puerto de Ostende?
¿Sería una piedra de tierra adentro?
¿Proviene de las secas murallas de Avila,
de las ruinas de Tula, de los cerros de Humahuaca,
tal vez de la azotea de los abuelos que ya no existe?
¿Desde cuándo está conmigo?
¿Hago la cuenta por meses, por años, o por décadas?
¿Fue piedra de verano o de invierno?
¿Qué suceso la trajo?
¿Quizás el recuerdo del tránsito por algún cementerio?
¿Pero cuál de ellos? ¿Y cuál de los tránsitos?
¿Fue la memoria de un encuentro afortunado
o de una despedida?
¿Qué caminata me llevó hasta esta piedra,
no más grande que una moneda?
¿La recogí yo? ¿La encontré o la busqué?
¿Me la dio alguien? ¿Quién sería ese alguien?
¿Estará aún entre nosotros? ¿Me habrá olvidado también?
¿Conservará otra piedra gemela a la mía?
Y aún más:
¿Será mía esta piedra?
¿O todo ha sido un error?
El sitio que llamamos alma se me llena de espanto
cuando irrumpe, incluso así, el infinito.
Y eso que apenas hemos tomado, a modo de ejemplo,
una piedra,
entre tantos y tantos objetos,
esta pequeñita piedra.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Thais Ballenilla (La Habana, 1950)


Thais Margarita Ballenilla Rodríguez
(La Habana, 10.06.1950)

Poeta

Licenciada en Bioquímica, Facultad de Ciencias, Universidad de La Habana, 1976; es Master en Ciencias Toxicológicas Experto en Fármaco toxicología del Buró de Protección de la Salud y Miembro de la Comisión Asesora Nacional de Equipos Médicos del MINSAP (Investigadora Titular jubilada). En la actualidad es, además, Asesora y Colaboradora del Centro de Control Estatal de Equipos Médicos (CCEEM) y el Buró de Protección de la Salud del MINSAP, Profesora de la Maestría de Toxicología Experimental del Instituto de Farmacia y Alimentos (IFAL) de la U.H., y miembro del Comité de Normalización de Equipos Médicos del MINSAP.

Es graduada del Diplomado de Historia y Práctica de la Creación Poética (2007-2009) auspiciado por el Centro Nacional de Superación para la Cultura del Ministerio de Cultura e impartido por los profesores y escritores Susana Haug Morales, Jesús David Curbelo y Roberto Manzano; y del Curso de Técnicas Narrativas y de Poesía (2010) auspiciado por el Centro Provincial del Libro y la Literatura y la Casa de la Cultura de Plaza e impartido por el profesor Arnaldo Muños Viquillón.

Ha publicado el libro de poemas “Inventaré una despedida”, Editorial Extramuros, 2010; y el libro en multimedia “Amar. He aquí la Poesía”, Sociedad Cultural José Martí y Oficina del Programa Martiano, 2010.

Su poesía también es recogida en revistas literarias como Navegaciones Sur, de México, y Revista Hispano Americana de Literatura, del Centro Hispano Americano de Estudios Literarios en Perú, así como en sitios web de diferentes países, y en boletines como Plaza del Escribano de la Casa de Cultura de Plaza de la Revolución.

Por su obra y actividades literarias ha sido distinguida con:
• Premio Nacional de Poesía “Rafaela Chacón Nardi” 2006, auspiciado por la Sociedad de Amigos del Libro y la Biblioteca Nacional, por el cuaderno “Inventaré una despedida”
• Primera Mención en el Concurso “Ada Elba Pérez” 2005, Casa de Cultura de Plaza
• Mención en los encuentros provinciales de talleres literarios 2004, 2005 y 2006 y Premio en los respectivos talleres municipales de Plaza de la Revolución.
• Diploma de la Casa de Cultura de Plaza por la integración a las actividades literaria de la Comunidad y premios obtenidos en el 2005.
• Premio de Poesía “Oros Nuevos” 2009, auspiciado por la Sociedad Cultural José Martí y la Oficina del Programa Martiano, por el cuaderno “Amar. He aquí la Poesía”.

( Dirección de correo electrónico: thaisbr@infomed.sld.cu )


del libro Inventaré una despedida, 2010
UN VIAJE CON ELISEO

¿Qué hay en las viejas puertas?

La familia trajinando tus afanes,
las naderías.
un juego extraño a soledad
como el rincón que huele más que a otoño.

No entiendes a tu sombra, va más allá de las puertas
y como Enkidu,
el silencio hiere.

Sentémonos a reflexionar sobre la piedra,
el tiempo, cierra un ciclo,
los muertos resucitan.


UNA CASA ESTÁ POR VENDERSE

................................ Por Dulce María Loynaz

Nadie mira la casa.
Sólo la ceniza rasga las paredes
la luz,
penetra como un párvulo
corteja el silencio
que tiene muchos nombres,
y un espacio
donde el polvo marca el vicio.

Una fila de huérfanos insectos
muelen la luz como jinetes,
todos tienen alas
tienen prisa,
para horadar la muerte.

Me sumerjo en el sillón
invade mi cabeza un botín de huellas.
La obediencia de una taza de café
como único recurso, anticipa un eco
sin días,
sin palabras,
con la indefensa virtud del que habla a solas
mientras la voz es un motivo para buscar la calma.

No sé por qué la casa muere, y siento miedo.
Miedo de los cuatro momentos.
Miedo del tiempo donde las risas vienen a nacer.

Una taza de café no puede alejar una idea fija.

Cerca de mí, el perro
guarda los antojos de una paz perfecta.
Veo mi cara,
un coro entona el happy birthday
cuando bastan los dioses atados a mi nuca.

Como desalojar la memoria,
si el tiempo burló el polvo
con un antifaz,
mientras los dormidos perforan la noche
y la cadena, genética cadena,
parte el pan con la ausencia,
entre los fieles pájaros que fueron.

No me ha faltado la costumbre
un discurso entre ellos y yo
unidos a mí, “la noche negra”,
sin importar que el tiempo torce el hilo
y la ironía, la conciencia.

Será la casa un mito, como antes
o un cascarón con la raída sed
donde cercena la luz lo que se nombra
y la manera de estar cuando no estamos.

¿Quiero decir que la casa sueña
y nos conmueve el buenas tardes
donde vienen las abejas,
hablamos del mar,
con el mismo reloj, vacías las manos
de tribuna voz, de siglos ?

................................................................Cerca de mí, están las fechas
con la cólera que trastorna “el antes”
a pesar del sueño y los peces
soy la misma.

Doy las instrucciones.
Vendan mis muebles,
y la casa;
pero no el espejo, donde aún soy joven.

Impongo un precio antes de irme.


AL BORDE DE UN DOMINGO

...................................."Estoy cribando mis cariños más puros".
..................................................................... [ Cesar Vallejo ]

I
La memoria en hojas recién lavadas vuelve
como una mujer de grandes moretones,
una matriz fija las esporas de la vida entera;
pegando grittttos.
Guarda para sí los 365 días en que puso huevos la nostalgia.

Ahora no soy más que un nudo de sombras.

La casa oferta los guarismas:
nada puede evitar
el café,
el milagro de los frijoles negros
la boca abierta de la niña Equis
..........................................................................( buen momento para los palillos de dientes)

Quién hubiera pensado en los domingos lamiéndonos los codos.

II
Madre dijo que no demoraría.
Algo poseen las personas mayores
el don obligatorio,
la sordera de imposibles.

No ceso un minuto de parar el reloj
como quien graba un domingo a la tres de la tarde.
Alquilo un mundo al borde de las piedras,
y nazco otra vez.

III
Éramos todos dentro de la casa
―copias de generaciones―
devorando la mesa
con tanta cana tía hablando y tanta muerte diminuta.
El humo domésticoalgoritza la nanicienta falda
(me acuerdo de los pantaloncitos bombaches)
el pan nos cobra sus 999 calorías (a las 12 de la noche),
labinomia fe, a pulso,
sugiere probar el agua del azul más triste.

IV
No sirve de nada el sírvete materno que sale de la tumba.
Amalgama de ovarios transparentes
la indigencia espiritual
del que pasa entre sus propias baterías genitales
y busca un levatian bíblico arrepentido.

No sirve de nada el dogma humano
neutralizando el cuerpo
con la guardamiopía,
el hambre de memoria
con la perspicacia de quién vive y quién muere.

Cuando se ha quebrado el propio hogar
las pupilas: dos puertas que al viento van y vienen
sombra...a...sombra, rallándome las uñas,
las 61 uñas que contaron los junios,
con la indiferencia de las paredes,
sin olvidar los retratos y...
toda la mudez bajo la tierra.

V
La vida nos lleva demasiada ventaja.
Habla cierta lengua de pájaros
como una políglota,
como un responso
como no sé que espanto.

Nombre, nombre de sus nombres: pedazos
Mamá,
Papá,
abuela Julia,
Charles, Miriam, Martica,
Luz María, Dulce María y todas las ecuménicas Marías
cosiéndome los brazos y las muelas.

Pensamos que vendría / el domingo bocón
y la vejetal memoria a servir de musgos,
nada más, rezando la pura yema infantil con sus nalgas
y su anillo inconfundible.

VI
No veo a Dios tocándome los hombros,
No oigo las lenguas que se van y llegan muriéndose de risa....
La extraña manera de ser los niños azules
con una frágil oración en los pulgares
Extraño el: ¿di mamá?

Ignoro la manera de versar la transparencia
para alzarnos sólo de espejo a espejo
con la única opción de sonreír,
............................................................................(volver a sonreír, reír mucho)
ya no tengo Marías que se van
ya no tengo TRIL
ya no tengo CE
ya no tengo nada, nada,
nada.



del poemario inédito Todo es objeto de memoria
CANCIÓN PARA MÍ MISMA

................................................... "Escribo esta canción porque hace falta".
....................................................................................
[ Thiago De Melo ]

No es un artificio poder vivir,
el tiempo es poco para gritar
¿Qué es lo que pasa?

No es el pacto del verano o el invierno,
ni el juego que inventé
como la muchacha que guarda su amor
en la cajita de sándalo,
asume la vida familiar, ante el absurdo
se fuga un rato de la tierra,
columpiada sobre la ida y el regreso.

Me gustaría escapar de la tierra,
obviar el destino y los árboles del miedo,
cantar al mundo la ternura,

con el silbido de los que seducen
todas las esencias,
todas las ideas,
todos los oídos a todos los hombres que sirven para amar y ser amados.

Falta mucho para que los nuevos pájaros canten después de las bombas
y arreglar la primavera.

Nuestro límite es llegar a la vejez
resolver los asuntos materiales,
un pequeño espacio
como...............quién alquila el entusiasmo
la clásica ortodoxia de la suerte y
la opción de postular a los difuntos.
................................................................... (preguntando: ¿cuál fue el ido?)

Ante la memoria todos estamos serios,
vivimos una vida prestada,
el momento de la total eternidad.

Me resisto a pensar que sobran los pedazos de sol
tras el asalto de pájaros que
no tienen nada que decir, ni lugar donde regresar.
Harta de memoria y de girar sobre la rueda,
observo el agujero de la hormiga,
los nombres perdidos,
padezco la certeza, las excusas y
la otredad
donde sobran todos los adioses y los muros.
Sobra esta gran canción para cantarme a mí misma.


AIRE LETAL

........................................................ "¿qué traen las colinas azules del recuerdo?"
...........................................................................................
[ A. E. Housman ]


Un muchacho de la Habana ve brillar la luna
No recuerdo otra sensación para impulsar la vida. Hay que vivir: ¿Qué ironía?
La teoría del Génesis, el aria de las crucifixiones, un instante futuro donde brotan
los pájaros maltrechos.
El poeta insiste. Porqué el hombre esta aquí, cerca su frente de sueños y el amor prohibido. Una aspiración sublime.
El muchacho de la Habana me persigue. No me atrevo a pronunciar su nombre.
Camino las calles ―me cuentan su dolor― sospecho que alguien se suicidó.
Entre las multitudes, paradójicamente, un peregrino insiste en contemplar Jerusalén.


UTOPÍA

................................. "Fue entonces que empecé a (des)creer en
.................... la fragilidad de las palabras..."
................................................... [ Luís Manuel Pérez-Boitel ]

Un extraño ignora el lugar, la casa
sometida a tantas cosas imposibles,
los únicos recursos que solemos tener:
los sueños,
la suerte,
las viejas ilusiones, y los amigos (a veces) en alguna parte.

La felicidad,......la felicidad......¡No!
―es otra cosa―
discúlpeme por llamarla accidente,
capricho,
aventura,
tiempo perdido.

Una voz más fuerte podría llamarla Amor. Aun cuando sea tarde, siempre habrá sitio para las eternidades.
No seriamos golosos si probamos un bocado de silencio. Quizás el único recurso fueron los nombres quemados con palabras de IR A LO PROFUNDO.
Discúlpeme si me equivoco otra vez, y somos todavía los mismos. Quizás, la memoria fue el impedimento, y no supe limpiar de palabras frágiles este poema.


SI ALGÚN POEMA ME HICIERA COSQUILLAS

............................................................... "Hombre sé mi metáfora"
........................................................................
[ Dylan Thomas ]

Vuelve una imagen y otra
la misma imagen de todos los días, a la que no le saco partido.

¿Serán las muchachas y los hombres pintados en las paredes?

Cae rarezas en los ojos, y no es posible escribir
nefastas paradojas del mundo interior
.....................................................................(donde está en breve todo el exterior).

Si me hiciera cosquillas algún poema.
¿Qué busco, rascándome la cabeza?
.............El afán ―del no se qué―
............Una idea de color verde,
.....................................................................El maná que me obligue a transitar a través de los muros,
y confesar las licitaciones del blanco.

Nadie turba la conciencia y el débil concepto de eternidad.
Dicotomía para el que cuenta todas sus historias, y profetiza sobre las ballenas, pero:
¿quién comprenderá lo subterráneo,
lo que no pudo resolverse en una melodía o un quejido?


Claro. El poema es algo más,
algo más
(un sonido furioso, la huella descifrada, el canto ebrio de una virgen, una herida que no cierra, la palabra exacta, el amor partido en dos, un flecha de memoria)

Neurótica que soy al escribir con un mazo de alfileres.


CUARENTA

..................... A Roxy

Dejan un saldo sus treinta;
solicita el aire,
la orfandad del horizonte
un puente abierto; anticipa
el dogma de los pájaros migrantes
y las violetas, con ese amor tan niño.

Mira el otoño que viene y anda.
Míralo, míralo bien,
no tiene nada de tarde y sueños,
humea (ciertamente)
entre la verdad y el último invierno.

El ruido de tu nombre
marca el límite en la casa violada por los años,
tropieza con la ausencia y una canción:
Los maderos de San Juan, piden queso, piden pan.

Un recuerdo muerde tus olores,
con la blanca esencia del instante,
y la negativa de vivir el azul crecido de mi vientre.

Mira el otoño que viene y anda.
Míralo, míralo bien,
no tiene nada de memoria y tiempo.


MEMORIAS DE UNA MUJER DE ISLA

.................................... "¿Qué trajo la metamorfosis?"
.....................................................
[ Virgilio Piñera ]

Podrán las palabras estar de pie con capuchas negras, en el preciso momento en que se lava sus pezones, una mujer con ojos de mar. Me acostumbro a (ser) la misma mujer o la Encarnación de la mujer en el silencio, la imagen que reboza la realidad, y todos los secretos de la casa.
No voy a aparentar las emociones y volver al viejo libro de la muerte.
―Iré a la cocina, colaré café y pasaré la noche en vilo―
Necesito alguien para hablar ―¿Por qué no le llevo una tacita de café?―
No quiero ser araña, quiero ser paloma en un carro de fuego con muchas serpientes a mi lado. Los recuerdos (amigos o enemigos), la mesa con la ausencia de las velas, el amor una vez a la semana, nos privan de la capacidad de soñar.
No iré a la cocina ―¿Iré? ―
Si pudiera saltar del lecho y beberme toda el agua maldita, la bebería toda para combinar la especulación y la experiencia, y vivir la noche de siempre.
No tengo tiempo para la parte externa del recuerdo, para la bobería bestial de esos seres milagrosos que pueden desalojar hasta la última gota en lánguidas transformaciones, en el exorcismo de los hombres-conchas, (huitclos) que disputan las espinas de los peces, (preferibles a los huesos) pobladores del mundo en que se invive y sueña.
―¿Por qué no le llevo café?― Hablaremos un rato.

Todos nos hemos desvestido, en la sistemática redondez de la plática (encima, sí, del vientre) esperando una proposición en el momento en que nadie cree en Dios.
La luz es una alegoría. La taza de café es otra alegoría. Cada día perdido es una alegoría.
Reconocemos el diálogo de la luz y la sombra a X millas de nuestros ojos,
los espejos estratégicos,
los dientes de los tiburones,
las eternas historias de los negros que fueron, y de los blancos que no fueron, o al revés o como parezca mejor (y también de los que se fueron)
Admiramos a los que pueden pernoctar en la cueva, los que pueden reír en la piedra de los sacrificios,
(bien por Piñera que podía reír como un hereje)
mas
desconocemos que muy pronto vamos a practicar estas mortales elegancias de los fantasmas,
del hombre que se creía un mudo pez, una mariposa del Etna.

Quién pudiera ser la mujer racional y pura, a las once en punto de la vida, quién pudiera ser el espacio que ignoramos, la memoria aferrada a esta isla.
―¿Decías algo?―
―No, solo saboreo una taza de café ―




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